Texto: Antonio Zafra | Fotos: Factoría Echegaray
Factoría Echegaray, en su comienzo me pareció un proyecto positivo, que había que apoyar porque significaba que en Málaga había una productora con medios, con un teatro para exhibir bueno.
En aquella época estaba de informático y no me postulaba como actor, mandé una vez un texto, una versión de un clásico, y no lo cogieron, luego me enteré que otros compañeros tampoco han acertado mandando versiones y que, en la práctica, versiones de clásicos no están montando. Como actor, más recientemente, cuando volví, me he presentado a dos castings y no ha habido suerte u oportunidad. ¿A quién le importa mi vida? A poca gente, lo digo para que veáis que no he sacado nada de Factoría Echegaray a día de hoy y a lo mejor ya decididamente no me consideran para nada. Como en mi hambre mando yo y no creo que lo que diga va a ser ofensivo, sigo.
Factoría está teniendo aciertos, premios e incluso algunos espectáculos siguen en el mercado. En la parte técnica hemos visto una evolución espectacular, en luces, maquillaje, sonid, en los que el equipo está siendo de una producción a otra el mismo,l el progreso es muy bueno y ascendente.
Si hubiera un director artístico del proyecto Factoría, con funciones expresas, como supervisor y ocasional director de escena, que marcara un rumbo a los proyectos y vele por que, de un proyecto a otro, se intente llevar una progresión en el nivel de los espectáculos, seguramente la dinámica sería otra y probablemente mejoraría. Está comprobado que desde la producción del Cervantes / Echegaray no tienen esas competencias.
El comité de selección de proyectos tampoco veo que tenga esas funciones. La figura del director artístico existe en varios teatros, aunque en ellos tiene las funciones también de programador, y no sería exactamente eso. Elegir proyectos que siga la comisión, que le den voto igual al director artístico, claro, o es necesario eliminar la comisión. Pienso que el director artístico de Factoría sería más parecido a lo que hace el profesor de dirección del último año en las Escuelas de Dirección Escénica. Una guía en el montaje y producción pero en cierto modo también deja que el alumno director se exprese. En cuanto al coste del puesto, pues a lo mejor merece la pena, y se puede barajar el presupuesto total teniendo en cuenta ese gasto. El modo de elección tendría que ser por convocatoria pública, con otra comisión, con una temporalidad de 3, 4, 5 años, y una renovación. El director artístico traería un proyecto de desarrollo de su actividad, unos objetivos, etc. Las competencias habría que definirlas exactamente.
Me parece una figura que puede ser delicado crearla, más delicada su labor, pero que luego iba a dar frutos, si se encontrara ése alquimista. También creará polémica, por los gustos y por los que han quedado fuera. Creo que se conseguiría una mejora. El carguito, al que no me voy a postular, tranquilos todos, no lo propongo por sacarme el curro, si no para que continúe el proyecto y con ánimo positivo de aportar una idea para romper la dinámica.
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