Museo Picasso. Málaga. 29/11/2012
Texto: José Antonio Martín Santos. Fotos. Cortesía del Taller Gravura.
Escena: Suceso o manifestación de la vida real que se considera como espectáculo digno de atención. Séptima acepción de la palabra escena que le da la 22 edición del Diccionario de la Lengua Española. El Jueves 29 noviembre a las 19.00 h, y como última de las tres mesas redondas del ciclo “Los mundos del grabado” del que hemos hablado aquí se celebró una mesa redonda por título: Escena gráfica malagueña en los 70´s.
Los conferenciantes fueron José Mª Luna, Director de la Fundación Picasso | Museo Casa Natal de Málaga, José Manuel Cabra de Luna, coleccionista de gráfica internacional, Málaga y José Faría, artista grabador fundador del Taller Gravura, Lisboa
El acto fue iniciado y presentado por José Mª Luna que hizo un repaso somero de la historia del grabado moderno y la obra seriada en nuestra ciudad. Somero porque poca historia hay salvo lo que comenzó en los setenta y siguientes. Antes poco más que estampas religiosas y después la impresión de carteles, etiquetas, vitolas etc. en las actividades empresariales del vino, imprentas, etc. del pasado siglo XIX. El conferenciante rememoró los hechos del colectivo Palmo, antes El Pesebre, no recordamos oírle hablar del colectivo 7/10, las iniciativas que confluyeron en el Museo del Grabado de Marbella, etc. Centró el tema y dio paso a José Faría.
De los presentes solo uno era en puridad un grabador, José Faría, el portugués, como lo conocían en los finales de los 70 aquí en Málaga. Había otro grabador en la mesa, José Manuel Cabra de Luna pero en los 70 no lo era, el se reconoció como poeta en esa época, y posteriormente, si, grabador pero grabador a tiempo parcial. Cabra de Luna estaba invitado como coleccionista, no como grabador, o poeta, o pintor o abogado, todas ellas actividades que practica o ha practicado. Y como coleccionista demostró tener buen ojo porque supo definir a José Faría como una persona elegante. Que lo es y mucho. De manos elegantes dijo de él con lo que apuntó la elegancia fisiológica de la estructura ósea de sus manos, la elegancia de sus movimientos, y de camino, quizás, quiso dejarnos intuir la elegancia de la obra salida de sus manos. Si él no pretendió decir eso este que escribe si lo tiene claro. Es un rasgo del dibujo de Faría su elegancia. La elegancia suya y de sus personajes.
El portugués rememoró escenas: él sentado en el jardín de la casa de Stefan, al que se acababa de presentar, paseando por el jardín de la casa y aprovechando un descanso verse invitado por aquel a comer algunas de las hierbas que crecían aquí y allá. Él dudando si comer por cortesía o si rechazar aquella propuesta extravagante. Salir de la casa después de la charla amistosa para volver a ella con otro día y con otro amigo convocado por Stefan, Jorge Lindell, y tras esos encuentros tener casa, coche y lugar para taller. Y aquí tenemos otra característica de José Faría: es fácil confiar en él.
Faría comentó, que en el pasado un psicólogo, que suponemos de ojo alucinado, dijo, al ver como trabajaba con el buril una plancha de cobre en una punta seca, que era un artista agresivo, y él le dijo: si vienes la semana que viene me verás trabajar con gubia. Así pues tienen también a José Faría con ironía fina.
El grabador, que cuando vino a Málaga en los años 70 procedía de la Cooperativa Portuguesa de Grabadores y que a lo largo de su vida ha creado, según cuenta, hasta siete talleres, es un dibujante extraordinario, finísimo, de exquisito gusto, amante de las composiciones sencillas y austeras. Amante de la figuración. Que ennoblece a sus personajes representados; dibujante tanto de campesinas como de personajes históricos todos son tratados con fidelidad. ¿Con fidelidad a qué? A la esencia del personaje. ¿Cuál es la esencia de una campesina?. Sus manos, el pañuelo que recoge su pelo, la hoz, el cuerpo doblado en su trabajo. ¿Cuál es la esencia de una fortaleza, de un paisaje: sus volúmenes, sus sombras, pues a eso es fiel, las destaca, no las oculta con arabescos, juegos engañosos de sombras y luces.
En fin es José Faría un gran grabador y un maestro, no por artista, que también, sino que imparte magisterio creando discípulos. José Faría sembró una semilla en Málaga y de esa semilla han surgido más de una decena, que sepa el que esto firma, de grabadores, o al menos artistas que aprendieron a grabar del tronco que plantó. José Faría es una pieza central de la escena de los setenta del grabado en Málaga. No fue el único pues hubo más pero la organización no los sentó en la mesa. Y José Faría los recordó, vio alguno, Lindell, sentado entre el público y a todos nos dijo que debía también estar en la mesa, encima del escenario, en el centro de la escena.
Terminó el acto con José Manuel Cabra de Luna presentado como coleccionista de grabados. El coleccionista es una de las piezas centrales del mercado, tan imprescindible como el galerista o el artista. Tan imprescindible para que funcione el mercado. Pero en ese triángulo el vértice fundamental, el que está en el nivel superior, el que apunta hacia arriba es el artista.
Comentarios
Un saludo y muchas gracias,
Juana Mª Rigo Terrasa