23/06/2018. Málaga por su Farola.
Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: Pepa Polonio (portada) y Ángel Montiel
Ante el peligro que corre nuestro patrimonio paisajístico, muchas personas hemos querido dedicar unas palabras a una de nuestras más importantes referencias paisajísticas. Esperemos que no acaben siendo palabras de despedida.
La Farola es un hito que, de tiempo en tiempo, fue referente. Un pedacito de historia que ocupa su lugar en el corazón y el imaginario de muchas personas con genes de boquerón o impregnados de aromas de moraga.
La Farola fue un ingenio físico con corazón mecánico expendedora de luz y esperanzas que, por mor de la historia, por artemorfosis, fue transmutando en personalidad reconocida por todas las gentes sensibles de este rincón del mediterráneo y allende sus fronteras.
La Farola es apaciguadora de levantes, ponientes y temporales de mala mar y, cuando no puede, se comporta como estampa que plasmar en lienzos o en daguerrotipos. Unas veces se engalana con espumas al bies, otras con tarot fresco y húmedo o las menos con vahos aterralados, pero en millones de ocasiones ha pasado por el objetivo de una cámara o paseado ante el pincel medidor de infinidad de pintores.
La Farola, como deidad a modo de Ra, con su ojo que todo lo ve y todo lo ha visto, también ha iluminado y protegido a tantos náufragos, mientras desde su relevante morro atisbó en todo momento en lontananza la vida y obra de tantas generaciones en sus arrabales.
La Farola es bienvenida y despedida, hola y adiós de viajeros, a la que tanto cuesta saludar en la despedida y tanto se agradece su vista en el regreso. Lo primero y lo último que se vislumbra de Málaga al caer la tarde, en el telón de la noche o al despuntar el día es su luz en el horizonte.
La Farola es historia, es presente y puede ser futuro. Puede ser punto y coma y seguir siendo punto de fuga de tantas perspectivas; o punto y final y quedar al albur de una sombra de la modernidad, que se alzará muchos metros por encima de ella, hasta cubrirla de oscuridad y con el polvo de la obsolescencia.
Puntos suspensivos...
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Comentarios
¿Porqué no te lanzas y te escribes alguno para la causa de Málaga por su Farola? Que aunque lleves algunos años alejado de "la ciudad del paraíso" seguro que te quedan aun restos por ahí incrustados a fuego de moragas. Si te animas y me lo envías, lo publicamos.
Un abrazo
Miguel Ángel Barba
Punto y seguido. Porque seguidamente viene la debacle.
Punto y aparte.
Porque aparte de nosotras, quien se bañara a la luz de la farola?
Quien mecerá nuestros sueños la próxima alborada?
Quién alzará su voz a la luz de la Farola?