Nuestro compañero Paco Bernal se encuentra en tierras cordobesas siguiendo el 10 Festival del Cine Africano de Córdoba y nos envía su crónica de lo que dió de sí la primera jornada.
Texto: Paco Bernal | Imágenes: Web | 10 Festival de Cine de Córdoba. FCAT-2013. 1ª Jornada.
Entre la numerosa oferta del FCAT de Córdoba para la primera jornada del festival tras su gala de inauguración se encontraban diversas películas del Magreb. Región de África que cuenta con algo parecido a una industria cinematográfica. El Dictionnaire des Cinémas d’Afrique (Karthala-ATM, 2000) aparecen no menos de 116 cineastas argelinos, 78 marroquíes y 88 tunecinos.
C’est eux les chiens (Los perros son ellos), del marroquí Hicham Lasri, rodada este 2013, participó en la 66 edición del Festival de Cine de Cannes en la sección a sección de la Asociación para la Promoción del Cine Independiente.
Un equipo de televisión cubre una manifestación de la primavera árabe en Casablanca y cree reconocer a un anciano. Se trata de Majhoul, apresado en 1981 en “la revuelta del pan” y ahora, 30 años después, liberado. El anciano se encuentra desorientado, no recuerda ni su nombre. Seguido por el equipo de reporteros, que se huele una historia y quiere una entrevista, Majhoul parte en busca a su familia.
La película tiene mimbres para ser una buena historia, el anciano desubicado que choca con la realidad actual, el regreso de un represaliado y desaparecido político, la búsqueda de la familia -que revela al nada heroico hombre real-, los conflictos secundarios entre los reporteros, la primavera árabe… la idea sobre el papel parecería magnífica. Pero realizada toda ella con la técnica de cámara al hombro produce fatiga, la narración carece de ritmo y resulta lastrada por la falta clara de antagonista, la primavera árabe pasa como telón de fondo sin relieve alguno y su pretencioso final no cierra nada. Un servidor se cansó antes de llegar a la mitad del filme.
El cortometraje On no mourra pas (No moriremos) escrito, dirigido y protagonizado por la argelina Amal Kateb nos lleva a Argelia, años noventa. En la década de los 90 se desarrolló en Argelia una guerra civil cuando el gobierno canceló las elecciones democráticas tras la primera ronda al acreditarse que ganaría el Frente Islámico de Salvación. Dicho conflicto armado entre el gobierno y grupos islamistas generó entre 150.000 y 200.000 muertes, entre ellas se cuentan más de 70 periodistas.
On no mourra pas, ambientado en el Orán de 1994, cuenta el reencuentro entre el periodista Salim, que regresa tras un reportaje en Afganistán, con su novia, escondida en un piso. Ambos occidentalizados, Salim quiere abrir una botella de vino que ha traído consigo de Afganistán, pero no tienen sacacorchos y su búsqueda entre los vecinos del edificio desencadenará la tragedia.
Un corto que ha recibido diversos premios, con buenos personajes, buena atmósfera y buena historia, pero, lástima, con un final que parece resuelto sin medios y con prisas.
L’Enfant endormi (El niño adormecido), de 2004, es el primer largo de la marroquí Yasmine Kassari, autora también del guión. Se trata de un filme galardonado con más de veinte premios en un año, entre ellos Premio al Mejor Director en el Festival de Mar de Plata.
La película, ambientada en el noreste marroquí, retrata la vida en esta región rural árida, fría y ventosa, de cabras, arbustos ralos y casas de piedra que son simples terrones rectangulares en el paisaje.
L’Enfant endormi cuenta una historia de mujeres solas en esa tierra áspera, mujeres fuertes y sacrificadas, con maridos que han emigrado y que ellas han de esperar entre piedras y ganado. Dos cuñadas aguardan y laboran en sendas casas cercanas entre sí en el erial. Una de ellas, cuyo esposo marchó a España tras la noche de bodas, está embarazada y mediante magia adormece al niño en tanto el marido regrese. La otra, enamorada, también aguarda y lucha con la desesperanza.
Una historia dura, contada con una ternura desabrida. Un filme de mujeres, vidas aisladas, solidaridad entre féminas, trabajo rural, espera, silencio y páramo desierto. Y con el fondo de un machismo enquistado en la sociedad marroquí.
L’Enfant endormi es un Lorca descarnado, sin concesiones. Donde el poeta adornaría con el verbo llameante y emotivo, Yasmine Kassari pone el silencio roto por el viento, el gesto desnudo, la mirada que va del horizonte a la cabra que ordeña.
Para cerrar la jornada, Calypso Rose al aire libre, en un patio cordobés rehabilitado, de paredes de piedra y no de cal, con manta que ofrecía la organización y una luna colgando del cielo negro.
Calypso Rose es un entretenido documental sobre esta diva del calipso nacida en Trinidad y Tobago como McArtha Lewis y que se ha convertido en la reina de este estilo musical.
Seguimos a Calypso Rose a París- donde graba-, Nueva York –donde vive- Trinidad y Tobago –su lugar de nacimiento, niñez y juventud- y África –donde encuentra sus raíces ligadas a la esclavitud. McArtha Lewis cuenta su historia y desvela episodios dramáticos de su vida. Para amantes de Calipso Rose.