Nuestro compañero Paco Bernal nos envía desde tierras cordobesas sus crónicas de lo que acontece en la tercera jornada del 10 Festival del Cine Africano de Córdoba.
Texto: Paco Bernal | Imágenes: web
Abderrahmane Sissako es guionista, director y protagonista de La vie sur la terre (La vida en la tierra), filme mauritano de 1998 proyectado en la tercera jornada del festival.
Una película íntima, sincera, contada en primera persona por el propio Sissako que regresa de Francia a su pueblo natal en Mali con motivo del fin del milenio.
Sissako dice:
"Partir, mi corazón estaba a punto de estallar de fuego y ardor. Partir, llegaré a mi país fresco y joven, y le diré a este país cuyo polvo ha penetrado en mi carne: he vagado durante mucho tiempo. Ahora regreso a vuestras horribles heridas abiertas."
El director muestra la vida en su pueblo, la plaza con un árbol grande de sombra necesaria, sus calles laberínticas de casas bajas hechas de adobe. El fotógrafo de calle siempre emplazado en el mismo lugar, la radio local rudimentaria que lee fragmentos de libros, su propio padre siempre leyendo, el vendedor a la sombra del árbol, el niño que juega con su pelota, la chica hermosa de sonrisa deslumbrante que va en bicicleta o se mide para hacerse ropa, el tipo que recorre las calles polvorientas en su moto veloz, la oficina de correos donde se encuentra el único teléfono público que a veces funciona y a veces no, los campesinos luchando contra los pájaros para salvar sus cosechas, el grupo de hombres que pasan el día sentados en la plaza y solo se mueven para apartarse del sol, gentes que viven en la tierra, unidos a ella.
No ocurre nada, solo el tiempo que pasa. Son estampas, no hay apenas línea argumental, pero el espectador no puede dejar de mirar.
Y en medio de esa paz primigenia conmueve la demanda angustiada de un hombre para que su hermano le envíe dinero para subsistir.
Imágenes sencillas que cautivan mientras la voz del propio Sissako nos cuenta de una enfermedad llamada Europa.
Sissako dice:
“La voz lo ha proclamado durante siglos: Europa, nos ha llenado de mentiras y nos ha enviado plagas. Porque no es verdad que la obra del hombre esté terminada, que no tengamos sitio en este mundo, que seamos parásitos de esta tierra, que tengamos que caminar al paso junto con este mundo”.
Este espacio que parece suspendido en el tiempo encuentra un contrapunto absurdo cuando la radio da noticias de la celebración del fin del milenio en la Torre Eiffel, noticia que resulta marciana contemplada desde el pequeño pueblo de Sokolo, terruño del director, en el corazón de África.
La vie sur la terre es sin duda un filme evocador, de una emotividad larvada, una película que crece cuando uno abandona la sala.
Previamente en la misma sesión se proyectó, con una calidad pésima de imagen, Octobre, del mismo director rodada en 1992.
En esta ocasión Sissako cuenta la relación de un estudiante en Rusia con una chica del lugar y con embarazo de por medio. Cortometraje (más bien mediometraje) apto solo para arqueólogos o exégetas de Abderrahmane Sissako.
Le president, proyectada también en la tercera jornada, es un filme del camerunés Jean-Pierre Bekolo.
Se trata de una película de factura moderna y con intención social, pero en la que se echa de menos tripas y argumento.
Pues el argumento daba para mucho más: El presidente camerunés, tras 42 años en el poder, inicia un viaje secreto hacia su pueblo natal, circunstancia que será aprovechada para removerlo del poder pues evidente que le ha dado la espalda a un pueblo que sufre.
Nota interesante: los políticos españoles deberían ser obligados a visionar esta película.
10 Festival del Cine Africano de Córdoba. FCAT-2013. Programación completa