Dic 18 2019

La hija de un ladrón, Belén Funes, Cine Albéniz, Marçal Cebrián, Greta Fernández, Eduard Fernández, Sara a la fuga,05/12/2019. Cine Albéniz.

Texto: Javier Titos García | Fotos: web promocuionales y Javier Titos, entradilla

Belén Funes presentó en el Cine Albéniz La hija de un ladrón

La directora catalana Belén Funes presentó el pasado 5 de diciembre en el Cine Albéniz su primer largometraje acompañada por su coguionista Marçal Cebrián. Tras la proyección los asistentes pudieron conversar con ambos en un encuentro ameno y distendido en el que desvelaron los entresijos, influencias y curiosidades de la cinta que opta a los Premios Goya en las categorías de mejor dirección novel y mejor actriz.

La hija de un ladrón, Belén Funes, Cine Albéniz, Marçal Cebrián, Greta Fernández, Eduard Fernández, Sara a la fuga,Buena entrada en la sala, yo llego justo de tiempo y por momentos pienso que puedo quedarme sin sitio debido a los buenos comentarios que tras su paso por festivales ha ido recogiendo el primer trabajo largo de Belén Funes. Por suerte las primeras filas no están completas y suspiro agradecido, pues si ya de por sí me gusta disfrutar del cine sentado muy cerca de la pantalla, de modo que casi me devoren las imágenes, el hecho de que luego haya coloquio con los autores me motiva todavía más para adelantar mi posición en el patio de butacas. Las luces se apagan, se hace el silencio, y asistimos a la proyección de una de las mejores óperas primas del cine español de los últimos años. Palabra.

Belén Funes y Marçal Cebrian demuestran una madurez muy por encima de la mayoría de sus compañeros de generación. Comparten una voz propia preñada de influencias y puntos en común que florecen en pantalla sin caer en los discursos plagados de clichés estéticos y narrativos a los que otros jóvenes realizadores nos tienen acostumbrados. Saben lo que les gusta, de qué cine vienen, lo que han querido hacer y cómo lo han querido hacer, y el resultado es arrebatador en su avasalladora naturalidad.

La hija de un ladrón continuación de su anterior trabajo en formato cortometraje Sara a la fuga,

Ya en sus anteriores trabajos en formato cortometraje la soledad y la dificultad de sus personajes para lidiar con la precariedad emocional eran elementos prioritarios en las tramas y en su consiguiente desarrollo narrativo. Así ocurría en Sara a la fuga, producción con la que la pareja de cineastas se hacía en 2015 con la Biznaga de Plata al mejor cortometraje en el Festival de Cine de Málaga. De hecho la película es la continuación de este corto protagonizado por una chica de quince años que vive en un centro de acogida para menores que no ve a su padre desde hace años a pesar de que él ha prometido ir a verla.

La hija de un ladrón, Belén Funes, Cine Albéniz, Marçal Cebrián, Greta Fernández, Eduard Fernández, Sara a la fuga,En la película Sara pasa de los veinte, ha sido madre, y aunque mantiene buena relación con el padre de su hijo no son pareja. Va saltando de trabajo precario en trabajo precario sobreviviendo a salto de mata en un piso compartido con otra chica en su misma situación que les es cedido por tiempo limitado por los Servicios Sociales. Es por tanto una historia de precariedad emocional y laboral, de las carencias que heredamos, de las faltas, de la ausencia de herramientas sociales para expresar cómo se siente una persona cuyo mayor miedo es acabar su vida como la vive en esos precisos momentos: sola. En ese aspecto Greta Fernández se desenvuelve con una soltura y un saber hacer sorprendentes si tenemos en cuenta su limitado recorrido cinematográfico hasta ahora, y no puede por menos que hacernos pensar en ella como en uno de esos raros animales cinematográficos que llevan el genio interpretativo no solo en la sangre, sino a flor de piel. Que en pantalla la relación con su coprotagonista, Eduard Fernández, padre en la ficción y en la vida real, haya sido capaz de desarrollar tal toxicidad partiendo de una realidad tan opuesta, es un mérito incuestionable de su directora. Eduard Fernández está pletórico pero su hija es harina de otro costal, se come la pantalla, la llena con su personaje sin un atisbo de histrionismo o sobreactuación en los que cualquier otra podría haber acabado cayendo sin despeinarse. Greta Fernández construye uno de los retratos femeninos más desgarradores, poliédricos y emocionantes de los últimos años; está soberbia.

Toman lo mejor de los mejores, narrando con austeridad, con personajes creíbles

Ya durante la charla con Funes y Cebrián pude darme cuenta de que no andaba muy desencaminado cuando a lo largo de la película se me venían a la mente como posibles influencias figuras como las de Pablo Trapero, Ken Loach o Carlos Saura, pues ellos mismos lo confirmaron en su intervención haciendo también referencia a otras décadas en las que el cine social se daba en España en cantidad y calidad. Y es que toman lo mejor de los mejores renunciando así a la sordidez no justificada, narrando con austeridad un drama que tiene sombras pero también luces, con personajes creíbles y entornos que pudieran parecer ratoneras pero que constituyen los salvavidas de las personas que los habitan; y me refiero a los barrios periféricos, a sus vecinos, a las relaciones interpersonales de toda la vida. Así, poco a poco, una película que parece pequeñita va ganando peso conforme avanza el metraje hasta transformarse en una obra de gran entidad moral y ética, consiguiéndolo de la forma más difícil: sin pretender ser aleccionadora, tan solo poniendo el dedo en la llaga. No hay demagogia, ni victimismo, solo una cinta de cine social magnífica, sin artificios, desnuda, de las que funcionan en sala y días más tarde en el cerebro del que la ha visto. Un ejercicio artístico honesto que pone voz y rostro a los habitantes de las trincheras invisibilizadas tras el ruido de las campañas publicitarias y la asepsia política cuando hay que tratar con los problemas de los que viven lo peor que la sociedad te puede regalar.

La hija de un ladrón, Belén Funes, Cine Albéniz, Marçal Cebrián, Greta Fernández, Eduard Fernández, Sara a la fuga,

Cuenta sin explicarlo todo, muestra a medias y oculta como ejercicio narrativo

Desde un principio me cautivó la fotografía de Neus Ollé, muy cruda pero terriblemente hermosa. Aporta ese aroma a falso documental que tan bien casa con la película. Durante el coloquio Belén Funes nos contó que trabajaron con una cámara Alexa Mini y que decidieron experimentar con la opción que incluía para filmar en 16 mm, y efectivamente es lo que aporta inmediatez estética y formalidad documental, algo sin lo cual la película no hubiera lucido igual.

Málaga les trajo suerte en 2015 en su Festival de Cine, no sería raro pensar que acaben teniéndole un cariño mayor a esta ciudad si en los próximos Premios Goya que se celebran en la capital de la Costa del Sol consiguen alzarse con ambos galardones. Para mi gusto deberían estar nominados también a mejor guion, pues es un trabajo complejo que cuenta sin explicarlo todo, muestra a medias y oculta como ejercicio narrativo, a contracorriente de la mayoría de los trabajos a los que estamos acostumbrados últimamente, edificando una película triste llena de esperanza.

La hija de un ladrón, Belén Funes, Cine Albéniz, Marçal Cebrián, Greta Fernández, Eduard Fernández, Sara a la fuga,

Pinchar para ver los últimos artículos del autor

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

Artes Plásticas y visuales - Cine

una mirada diferente a través de nuestros fotógrafos

 

Videosaludos

Juan Echanove

Nos patrocina


Academia Johana Smith

Turismo Sostenible

Asociación Almijara

Exposiciones de arte temporales

Y además, en Aforo Libre

Publicitarse en Aforo Libre

Tenemos 458 invitados conectado(s)