Texto: Javier Titos García | Fotos: promocionales / web
La muerte a los 103 años de edad de Kirk Douglas marca tristemente la cuenta atrás de los premios más famosos de la cinematografía internacional que se celebrarán el próximo domingo. Será una gala sin presentadores en la que el peso de su desarrollo dependerá del buen hacer de aquellos que hayan sido elegidos para entregar las estatuillas doradas. A pesar de que los Oscars de la Academia hace mucho que solo se preocupan por ser un mercado de buhoneros de la industria, este año podría haber sorpresas si los académicos deciden romper una lanza en favor del riesgo y el talento, renunciando al guion establecido de otras ediciones.
Atrás quedan los Goya, con su flojísima gala, falta de ritmo y humor inteligente, con un guion metido con calzador y una mayoría de actores que según se cuenta en los mentideros hicieron caso omiso de los ensayos y los textos y se lanzaron al ruedo, alguno con una copa o alguna rayita de más, para decir lo que le viniera en gana pasándose por el arco del triunfo lo que mandaba el libreto y llegando incluso a soltar varios spoilers sobre las películas que presentaban. Reivindicaciones políticas descafeinadas, sketches facilones y unos presentadores más perdidos que el barco del arroz, como decimos en Málaga, ciudad donde se celebró la gala. No escribí artículo porque me aburrí soporíferamente y todo me pareció un circo monstruoso dirigido para glorificar a Pedro Almodóvar, que fue el triunfador de esta edición con una gran película, pero que no fue la mejor ni de lejos. Incluso así, con final a lo Broadway, incluido como traca final, por si a alguno no le había quedado claro que todo estaba atado y bien atado desde el principio, hubo algunas sorpresas. Que O que arde se llevara los cabezones a Mejor Fotografía y Mejor Actriz revelación hicieron justicia con ese cine humilde y casi borderline en el que somos potencia, pero que sufre las inclemencias de una industria que no cuida todo lo que debería a sus creadores más originales y arriesgados. Fue precioso ver a Belén Funes, con la que pude charlar para esta revista cuando presentó La hija de un ladrón en el Cine Albéniz, recoger el premio a Mejor Dirección Novel por una de las mejores películas que este año nos ha dado el cine español. Por lo demás, más o menos de acuerdo, aunque para mí, Mejor Película y Mejor Dirección deberían haber ido para La trinchera infinita, así como el de Mejor Actor para Antonio de la Torre, que hace un papel magistral. Pero en fin, así son los Goya, así somos en España, más pendientes de americanizar los premios que de mirar a nuestro alrededor para ver de qué manera funcionan nuestros hermanos franceses, italianos e ingleses. En fin, para gustos colores.
Pero pasemos ya a lo que nos interesa en estos momentos: los Oscars 2020 y qué puede ocurrir este año. Pues bien, tengo tres teorías, tres líneas que iré argumentando a continuación, en las que los cambios en uno u otro galardón pueden decantar otros dependiendo del criterio que en esta ocasión hayan manejado los académicos a la hora de realizar las votaciones:
Y para eso nada mejor que premiar como Mejor Película a una cinta extranjera, Parásitos, de Bong Joon-ho. Ha ocurrido otras veces, y teniendo en cuenta que el dinero es lo que mueve Hollywood no sería extraño que ocurriera, sobre todo con la premisa de que una poderosa empresa de streaming prepara serie sobre la película que será dirigida por el afamado director. Pues bien, si se diera el caso y la película koreana se llevara el gato al agua, creo que el resto de premios estarán muy repartidos. Si Parásitos gana el Oscar a Mejor Película es muy probable que el de Mejor Director sea para Martin Scorsese. En la categoría de Mejor Actor parece más que claro que pase lo que pase será Joaquin Phoenix quien levantará el trofeo si nada raro sucede. Mejor Actriz sería en principio para Renée Zellweger, porque a Hollywood le encantan los biopics, y ella lo borda en el papel de Judy Garland, aunque teniendo en cuenta las críticas que han sobrevolado a la Academia por las pocas personas de raza negra nominadas no sería de extrañar que se lo acabaran dando a Cynthia Erivo por Harriet, en uno de esos movimientos políticos que tanto gustan en Hollywood para tocarle los bajos a Trump. Mejor Actor Secundario sería para Brad Pitt o Joe Pesci, Mejor Actriz de reparto para Laura Dern o Kathy Bates. En el apartado a Mejor Película Extranjera, al haber sido premiada Parásitos, es muy probable que Almodóvar gane, salvo que la koreana hiciera doblete, algo poco habitual, la verdad.
En lugar de premiar a Toy Story como Mejor Película de Animación, en este supuesto en el que digo que Hollywood puede ponerse en paz con los que vilipendian los premios por ser muy muy comerciales, la que más lo merece y podría dar la campanada es la preciosa película de Jérémy Clapin, Dónde está mi cuerpo, pero sigo pensando que en esta categoría está todo el pescado vendido para Pixar. Mejor Guion Original para Tarantino y Mejor Guion adaptado para Scorsese salvo sorpresa de última hora con Mujercitas. En el caso de Mejor Fotografía lo justo sería dárselo a Jarin Blaschke por El faro, pero me temo que prevalecerá la odisea técnica de Roger Deakins para rodar 1917. Mejor Dirección de Arte para la película de Tarantino, Mejor Sonido para Le Mans 66, así como Mejor Edición de Sonido y Efectos Especiales para Star Wars. Maquillaje para Judy, Vestuario para Mujercitas y Mejor Montaje para El Irlandés o Le Mans 66. Mejor Canción Original para Rocketman y Mejor Banda Sonora para Thomas Newman por 1917. Esto podría pasar y tendríamos una gala emocionante en la que ninguna película gane por goleada, con premios muy repartidos, en unas circunstancias tales que incluso películas como Jo Jo Rabbit o Historia de un matrimonio podrían dar alguna sonora campanada imprevista. De todos modos, este reparto de premios no es el más probable, ya que podría ocurrir que una sola producción acaparara la mayoría de los premios importantes, y es por ahí por donde discurren mis otras dos líneas de pronóstico.
Muchos en la industria sueñan con una gran noche para Scorsese, una jornada épica en la que El Irlandés se hiciera con muchos de los premios a los que opta, salvo quizás el de Mejor Actor, que sigo pensando que de una u otra forma irá para Phoenix. En este caso tendríamos una noche de premios al uso. Podría pasar, espero que no.
En este caso, para la hazaña bélica ambientada en la Primera Guerra Mundial irían Mejor Película, Mejor Director, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora y probablemente las categorías de Sonido y tal vez Efectos Especiales. No sería la primera vez que una producción que nadie ha visto venir se convierta en la gran sorpresa de la noche.
De una u otra manera esperemos que sea una buena gala, entretenida, y que por el bien de las películas que se presentan a los galardones los premios se repartan con peor o mejor fortuna en un año en el que ha habido buenas cintas, aunque yo echo de menos otros títulos, y sobre todo, declarar mi total falta de coincidencia con unas nominaciones que han dejado fuera dos de las mejores actuaciones de este ciclo de tiempo cinematográfico: los portentosos trabajos de Willem Dafoe y Pattinson en la extraordinaria y alucinada El faro.
Estén muy atentos al momento en el que se entregue el Oscar a Mejor Película Extranjera. Si no se lo dan a Parásitos prepárense porque podemos tener un fin de fiesta épico si al final la Academia otorga el Oscar a Mejor Película a la cinta koreana. Sería lo más justo, ya que sin lugar a dudas es la mejor película del año pasado; aunque, como he dicho antes, para gustos colores. De hecho, yo le daría también los premios a Mejor Director, Mejor Guion y Mejor Montaje.