12/02/2022. Palau de Les Arts. Valencia.
Texto: Javier Titos García | Fotos: promocionales
Pocos imaginaban que la vuelta a la normalidad de los Goya iba a ser lo que ocurrió la noche del pasado sábado 12 en Valencia; un retorno al hastío habitual, contrapunto a la del año pasado, que debido a la pandemia obligó a los organizadores a sacarse de la manga una gala confinada que a la postre fue una de las mejores y más emocionantes que se recuerdan. La edición número 36 de los Premios de la Academia recuperó su esencia, intacta, como si hubiera estado guardada en un arcón acumulando moho, como si por narices no quedara otra que recuperar una receta que de tan repetida huele peor que el pedo de un cadáver.
El obligado desfile por la alfombra roja y las distintas conexiones que se hicieron con los invitados entre bambalinas volvieron a dejar claro que prima el gilipollismo en la mayoría de las opiniones, la tontería vacía, el politiqueo cuñadista de acodados en barra de bar; algo triste teniendo en cuenta el calado emocional que muchas de las cintas que concursaban tenían, y del que demasiado poco se habló. Por suerte, la estupidez aborregada se salvó con contadas excepciones que hacen albergar la esperanza de que sea cierto que definitivamente hay algún que otro alien entre nosotros que usa la lengua para algo más que para modelar excrecencias mentales. No aprendo, sé que los entrantes de la gala y el primer plato siempre suelen contener una intoxicación de salmonela intelectual y cultural, e incluso así me lo acabo tragando cuando lo más inteligente sería conectar el televisor cuando todo el mercadeo farandulero, más propio de un programa chabacano de cadena de televisión privada, hubiera pasado.
Para colmo, todo acabó desembocando después en juicios sumarísimos en las redes sociales, donde el personal da rienda suelta a una mala hostia militante, que da miedo, joder, mucho miedo, en los que la crítica cinematográfica brilla por su ausencia en favor de los comentarios más sexistas, homófobos y perturbadores que se puedan llegar a imaginar. Estamos para que nos dejen sin wifi y tiren las claves al mar.
Si a un servidor no le falla la memoria, nunca hubo con anterioridad tanto Oscar reunido sobre el escenario de los Goya: los de Cate Blanchett, Pedro Almodóvar, Penélope Cruz y Javier Bardem. Tampoco una película había recibido tantísima nominación, 20, ni más ni menos; y nunca se habían repartido 30 estatuillas. Fue una demostración de músculo industrial que debería haber estado respaldada por una celebración a la altura, en la que se echó en falta, teniendo en cuenta que se celebraba en Valencia y que se homenajeaba a Berlanga, un poco de pirotecnia mental, cachondeo y desmadre al más puro estilo del genial director, pero viendo cómo se desarrolló quizás eso era pedir demasiado.
Según se desarrollaba el fasto, parecía que hubiera subyacido en el subconsciente colectivo de los académicos la idea de que ganaran todos; y eso fue lo que a la larga pasó. La película del año fue la que tenía que ser, la que estaba en el guion de la Academia, por derecho propio pero también por necesidad, por la marca histórica de candidaturas a las que El buen patrón se postulaba. Se llevó la mayoría de los galardones que cuentan, los importantes, los que respaldan, los que valen (película, dirección, guion original, protagonista, montaje y música), pero por el camino se dejó muchos, y aunque no sonara a derrota fueron más de los esperados a priori. Bardem no pudo compartir con Penélope Cruz la alegría de los premiados. En eso la Academia fue justa, porque ni ella ni Pedro Almodóvar, que se fue de vacío, estaban a la altura esta vez del resto de nominados.
Fue la excepcional Blanca Portillo la que mandó al garete esa, posible y deseada por muchos, histórica instantánea. Su Goya fue el tercero para Maixabel, de Icíar Bollaín, que para mí hubiera sido justa merecedora de premio por su fantástico trabajo de dirección en una película tremendamente complicada de sacar adelante. Los mismos Goya se llevó Mediterráneo, de Marcel Barrena, uno más que el magnífico debut de Clara Roquet con su Libertad, merecidísimamente reconocida.
Pero fue Las leyes de la frontera, la cinta que adaptaba la novela de Javier Cercas con un elenco que en la película parece más sacado de un catálogo de H&M que del imaginario del universo del cine quinqui, la que dio la campanada al hacerse con cinco premios.
Hubo justicia también en el reconocimiento al arriesgado trabajo de Jonás Trueba, que para mí, desde hace mucho, es un referente del nuevo cine español de calidad, arriesgado, que poco a poco, si le dejan, se irá haciendo fuerte en el panorama patrio.
Ni la brutal versión acústica de Leiva y Sabina de Tan joven y tan viejo, ni una magnífica, como siempre, Luz Casal, pudieron salvar una gala floja, larga, aburrida y carente de emoción verdadera, en la que brillaron, primero Cate Blanchett y después un estratosférico José Sacristán, que emocionó al personal como solamente un monstruo de la interpretación como él puede hacer.
Hasta el año que viene, si puede ser de otra manera mejor.
Película
'El buen patrón', dirigida y escrita por Fernando León de Aranoa
Dirección
Fernando León de Aranoa, por 'El buen patrón'
Actriz protagonista
Blanca Portillo, por 'Maixabel'
Actor protagonista
Javier Bardem, por 'El buen patrón'
Película de animación
'Valentina', dirigida por Chelo Loureiro y coescrita junto a Lúa Testa
Película documental
'Quién lo impide', dirigida y escrita por Jonás Trueba
Guion original
'El buen patrón', escrita por Fernando León de Aranoa
Guion adaptado
'Las leyes de la frontera', escrita por Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarría a partir de la novela de Javier Cercas
Película iberoamericana
'La cordillera de los sueños' (Chile), dirigida y escrita por Patricio Guzmán
Película europea
'Otra ronda' (Dinamarca), dirigida por Thomas Vinterberg
Efectos especiales
Pau Costa y Laura Pedro, por ' Way Down'
Montaje
Vanessa Marimbert, por 'El buen patrón'
Dirección de fotografía
Kiko de la Rica, por 'Mediterráneo'
Actor de reparto
Urko Olazabal, por 'Maixabel'
Actriz de reparto
Nora Navas, por 'Libertad'
Dirección novel
Clara Roquet, por 'Libertad'
Canción original
María José Llergo, por 'Te espera el mar', para Mediterráneo
Música original
Zeltia Montes, por 'El buen patrón'
Cortometraje de animación
'The Monkey'
Cortometraje documental
'Mama'
Cortometraje de ficción
'Tótem loba'
Actor revelación
Chechu Salgado, por 'Las leyes de la frontera'
Actriz revelación
María Cerezuela, por 'Maixabel'
Maquillaje y peluquería
Sarai Rodríguez, Benjamín Pérez y Nacho Díaz, por 'Las leyes de la frontera'
Dirección de producción
Albert Espel y Kostas Sfakianakis, por 'Mediterráneo'
Dirección artística
Balter Gallart, por 'Las leyes de la frontera'
Diseño de vestuario
Vinyet Escobar, por 'Las leyes de la frontera'
Sonido
Dani Fontrodona, Oriol Tarragó, Marc Bech y Marc Orts, por 'Tres'
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