04/07/2017. Torremolinos. Librería-tetería Ítaca. Hasta el 16 de julio.
Texto y Fotos: Javier Rodríguez Barranco
Cuando se vive para el arte, el arte se hace vida y por ello los artistas se acercan a los más necesitados para ofrecer sus obras de modo que puedan recaudarse fondos para fines sociales.
Eso es lo que ha sucedido con el Comedor de Santo Domingo a través de la exposición Arte solidario donde ha conseguido reunir a veinticinco artistas plásticos (pintura y fotografía, básicamente) en la librería-tetería Ítaca de Torremolinos.
Estos son algunos de los artistas que colaboran.
Pintores: Rafael G. Alvarado, Carlos Capella, Paco Aguiar, José Ganfornina, Sebastián Navas, Chema Lumbreras, Virtudes Molina, Jose Luis Puche, Gabriel López, Luis R. Padrón, Griselda Giachero, Ángel Idigoras.
Los fotógrafos: Juan Miguel Alba, Laura Fernández, Miguel Morenatti, Manuel Viola, Martín de Arriba.
El escultor: José Pereiro.
La inauguración oficial de la muestra ha tenido lugar el martes 4 de julio y se ha desarrollado mediante un programa de música, poesía y danza donde han compartido presencia tanto autores ya consagrados como jóvenes promesas que ya piden su lugar en el panorama cultural.
Conducido todo por Lourdes Sánchez, María Ángeles Martín, directora del Comedor de Santo Domingo, inauguró la velada agradeciendo la asistencia del público y de los artistas que habían donado sus piezas. Un detalle muy importante sobre el que María Ángeles llamó la atención es el de que no se trata de ofrecer un plato de lentejas a quienes no pueden permitírselo por el mero hecho de ofrecer un plato de lentejas, ni tampoco con la idea, por supuesto, de comprar la primogenitura de nadie, sino que lo que se pretende es alimentar la autoestima de quienes han caído en la penosa situación de no tener ni para comer.
Destruye la autoestima de una persona y habrás destruido a ese ser humano. Por eso el Comedor de Santo Domingo, consciente de que las carencias materiales suelen venir acompañadas de profundo menosprecio de sí mismo, hace todo lo posible para levantar moralmente a las personas a quienes da de comer.
Dejemos ya, pues, de construir un Tercer Mundo dentro del Primer Mundo, algo que algunos denominan el Cuarto Mundo, más allá incluso del tercero, y concentremos nuestra energía en socorrer física y afectivamente a quienes más lo necesitan.
Tras María Ángeles, Guillermo Busutil, buen amigo del comedor, leyó una intervención articulada sobre las metáforas pájaros heridos y náufragos de la vida referidas a las personas a quienes se da auxilio en el Comedor, cuyas instalaciones habían sido visitadas previamente por Guillermo para conocer de primera mano la realidad de las actividades que ahí se realizan.
Vino luego la lectura de tres poemas de Pepe Infante, otro buen amigo del Comedor St Domingo, a cargo de la actriz Mercedes León, acompañada al violonchelo por Curro Pastor, quien no se limita a interpretar, sino que busca una fusión de diferentes tendencias (el flamenco con lo clásico y el jazz, por ejemplo). Así pues, la palabra, la interpretación y la música unieron sus esfuerzos para un mismo objetivo.
Lo cierto es que la poesía de Pepe, la lectura de Mercedes y la interpretación de Curro construyeron un maravilloso halo de vibraciones limpias. Una adecuada combinación entre la solidaridad y la sensibilidad. Un espacio común para las actitudes y las aptitudes.
José Luis Puche intervino en nombre de los artistas que colaboran con la muestra con la idea central del compromiso con la sociedad. Lula Amir desafió a la Ley de la Gravitación Universal en unos movimientos imposibles dentro de la danza contemporánea. Y de nuevo Curro Pastor, acompañado esta vez a la guitarra por Daniel Pons, recorrió un muestrario de ritmos no tan distantes como el tango, la bossa nova y el flamenco.
Todo ello hizo muy difícil que los asistentes aceptaran el final del acto, pero respiramos todos belleza moral y ganas de hacer cosas, que yo pienso que es lo más que se le puede pedir a un evento de esta naturaleza. Un glosario de buenos sentimientos.
España es un país donde ser un muerto de hambre o no tener ni donde caerse muerto constituyen graves ofensa. Creo que ya va siendo hora de que cambiemos nuestra mentalidad y no permitamos que ese ser mezquino que todos llevamos dentro se imponga sobre los altos ideales, que también forman parte de nosotros y que son quienes deben presidir nuestras acciones, porque los excluidos de esta sociedad de consumo, lo que verdaderamente precisan es de algo que llevarse a las bocas, pero además de toda nuestra empatía y solidaridad.