Del 15 de mayo hasta el 19 de junio 2015.
Antonio Yesa ha presentado en la sala Ibn al Jatib, integrada en el Instituto de Enseñanza Secundaria del mismo nombre, la exposición "dibujos en el aire". En la muestra se exhiben una docena de esculturas en acero inoxidable en las se evidencia una relación lúdica con el espacio, las formas, la escala y el concepto.
Texto: Fernando de la Rosa | Imágenes: Antonio Yesa
Sus genéricamente llamados "dibujos en el aire" son la materialización tridimensional de algunas de sus ideas, de sus diseños, o dicho de otro modo, de cómo sus dibujos no están -necesariamente- concebidos desde el dibujo bidimensional sino que son construcciones que establecen un abierto diálogo con el espacio en el que habitan, y cómo se mueven en él con inusitada independencia.
Ya fuere el espacio físico o en el espacio incógnito de nuestra propia memoria, estas piezas ocupan un lugar extensible al pensamiento y las sensaciones, haciéndonos partícipes de un discurso plástico complejo, pero rico en alusiones poéticas y quiebros estéticos. Desde "La sólida mirada" el escultor nos abre un ojo interior que escudriña al espectador que se acerca. "Teatro" nos devuelve el reflejo de nuestra propia mirada y nos hace encontrarnos de repente en la escena de un curioso teatrillo. "Tres actos" nos involucra directamente en la acción de componer, ensamblar y establecer los significados de las relaciones formales entre las piezas. El título de cada obra apunta certeramente hacia el acto reflexivo de la creación.
Los elementos del dibujo en las esculturas de Antonio Yesa, no muy lejos de los elementos clásicos cezannianos: esfera, cilindro y cono, se articulan en las superficies, rectas o alabeadas, e incorporan con natural dinamismo el trazo de la línea. Entre las formas o a través de ellas, una linea filiforme que se antoja como una grafía de libre agitación, circula o se establece en torno a los volúmenes principales. Unas veces es una línea geométricamente estructural, como soporte o andamiaje, otras de orgánico y sinuoso atrevimiento, pero siempre contribuye a la sensación de que estamos ante obras con enormes posibilidades constructivas.
Junto a ello, la factura de las obras: plegados, cortados, lijados, soldaduras, pulidos o aplicación de pigmentos. Nos situamos ante un amplísimo compendio técnico de recursos. A nadie escapa su maestría en el empleo y manipulación de los metales, incorporando en sus obras muchas otras técnicas artísticas, elementos y materiales de los que se sirve para dotarlas de una gran diversidad, que no es sino el producto de sus relaciones con la Naturaleza, con el Arte y con su propio universo creativo.
El espectador no queda apartado de todo ello, y puede comprobar además cómo se han ensamblado, ajustado y repasado estas piezas, sin que prevalezca un acabado que, llevado al extremo, pudiera cerrar u ocultar este proceso a los ojos. La idea de proyecto, de pieza "en construcción", refuerza la sensación engañosa de la escala de estas esculturas, la mayoría de pequeño formato, y hace crecer en el espectador la imagen de su monumentalidad.
No en vano, Antonio Yesa juega con lo engañoso del tamaño aparente y nos invita a conocer la verdadera magnitud de sus obras, a reducir nuestro tamaño, haciéndonos entrar en el juego mental de las escalas entre la obra (la realidad) y su proyección (la imaginación). El escultor se ha planteado pues como principal objetivo de su trabajo la creación de un espacio dual, o mejor, plural, en el que confluyen a un tiempo la materia y el pensamiento. Podemos imaginar y participar de la creación. Se trata de llegar a la mente e intentar descubrir, en un profundo ejercicio de introspección, el modo en que el arte puede hacernos sentir la extraña respiración de la memoria.
En el ámbito de la creación artística más versátil, y sostenidas por un dibujo a la vezgrácil y contundente, sus esculturas alcanzan los dominios de la escenografía, la instalación, la fotografía, la ilustración, la danza o la pintura. En "estructura abominable", se levanta un arco, con vocación de túnel, que se viste con la sensible piel oscura de un sonido, proveniente de un raro instrumento musical. "Mil voces" proyecta al cielo, como en una ofrenda floral, las gargantas cóncavas de un puñado de cálices vacíos. "Como viene" sintetiza en un par de vueltas al metal alabeado los flujos creativos del artista: es el impulso y el capricho, es la intención y la volubilidad, el la ida y la vuelta, la ola y el remanso, la vela y el sueño. Por contra, los "Planos rotos" se psicoanalizan, mirándose a sí mismos en el espejo de los otros, en una danza cubista de naipes marcados. "La puerta que se abre" nos comunica, a través de un pasadizo suprarreal, con el inframundo de una naturaleza cautiva y mutante. Es extraño cómo son al mismo tiempo familiares y ajenas a la memoria estas criaturas, formas de lo simbiótico. Con aparente facilidad, pero sin desdeñar un tenue misterio, Antonio Yesa inventa, recrea, transforma y finalmente construye sus obras. Y lo hace con cualquiera de los recursos materiales o estéticos que tiene al alcance, explotando sus posibilidades plásticas con asombrosos resultados, abriendo a un tiempo ante nosotros el abismo conceptual y la puerta íntima de las sensaciones.
Exposición: ANTONIO YESA.
"DIBUJOS EN EL AIRE". Esculturas en acero inoxidable.
Sala Ibn al Jatib.
C/SOROLLA, 38.
29730 La Cala del Moral (Málaga)
Del 15 de mayo hasta el 19 de junio 2015
Horario: de lunes a viernes de 9 a 14 h.
tardes previa cita: 951 29 35 01