Mientras que el piloto D*Face amenaza con matar a los perros voladores, su compañera, la sensual virgen de Obey, invoca a la Paz y la Libertad. A sus pies Boamistura nos recuerda que "El poder de la imaginación nos hará infinitos". ¿Buen final para un proyecto?
Texto a imágenes: José Antonio Martín Santos
Pero ¿Cuál era el proyecto? ¿Crear un barrio de las artes? Las acciones de arte urbano se incluyeron en el programa europeo POCTEFEX. Y dentro de él en el proyecto denominado SOHO que aspira al desarrollo local mediante el reciclado de barrios en distritos del arte. Junto a estas actividades de arte urbano se incluyeron la muestra de fotografías denominada Dispara-T expuesta en balcones del barrio y que aún está presente. Junto a ellas también se realizó en festival de música, SMS Festival, e intervenciones artísticas en diversos portales del barrio con la denominación Okupart. ¿Qué quedará del proyecto? Quizás un entorno espectacular para el CAC y un posicionamiento en la nube de Málaga y street art.
¿Por qué está en el centro de la polémica si cobraron o no, y cuanto, Frank Shepard Fairey (Obey) y Dean Stockton (D*Face)? ¿Cobraron acaso Roa, Faith 47, Dal East, Dadi Dreucol, Boamistura y los restantes artistas? ¿Acaso no tienen un salario Fernando Francés, el director del CAC, que dirige estas intervenciones? ¿Acaso no cobran los concejales que piden las cuentas de MAUS-SOHO?¿No cobran lo profesionales de LIMASA que limpian las calles del barrio?¿O los profesores del colegio García Lorca sobre cuyas cabezas están los dos grandes murales objeto de la polémica? ¿Por qué no han de cobrar esos artistas? La pregunta debería ser ¿Por qué no todos? Las obras de D* Face y Obey han hecho olvidar las demás acciones. Probablemente porque las otras acciones no fueron ni la mitad de buenas que estas.
A la sombra de ellas y en las calles de Casas de Campos, Blasco de Garay, Simonet y Tomás Heredia se han plasmado más de una veintena de obras que bien merecen un paseo y una mirada. ¿Y quien conservará esas pinturas murales? ¿Quién conservará las de las calles Pinzón, Somera, Vendeja?
La ciudad es un espacio de convivencia y un escenario. El escenario ha sido dominado a lo largo de nuestra historia reciente por urbanistas, arquitectos, funcionarios, políticos locales. Vemos lo que ellos nos han dejado. La ciudad que a ellos les ha gustado. Contra ellos se alzan, ahora, de manera constante y pertinaz muchos jóvenes que ilustran con sus nombres, sus apodos, sus dibujos, sus gritos, sus bromas groseras, en fin con su antiestética, la estética dominante de los que tienen la sartén y el mango. También contra el gusto dominante se alzan muchos artistas, aquellos que abandonan como lugar de destino de su obra la pared del hogar y plasman sus personajes, sus visiones, en los muros de las calles, aspiran a dejar su huella en el espacio urbano. Suelen estrellarse contra la maraña burocrática que gobierna la imagen de la ciudad. Las ciudades desarrollan ordenanzas para el buen mirar. Los grafiteros abandonan la luz y se esconden en los rincones oscuros.
Aquí y ahora, como en otros lugares, se ha buscado, promovido y consiguientemente autorizado a una par de decenas de artistas urbanos a que plasmen sus visiones en la piel de Málaga. Y el resultado es una sucesión de estampas en los distintos huecos y paredes de un barrio que parece haberse rendido a sus pies. Estampas urbanas, piezas que pronto desaparecerán producto de la estupidez de algunos que pondrán su garabato junto a la imagen de alguien más famoso, por competente, que él. Agrediendo así a la pieza y a los que la miramos. O quizás desaparezcan esas estampas porque en la previsible acción restauradora de los edificios que las contienen aquellas serán dañadas o simplemente eliminadas.
Mientras disfrutemos lo que tenemos y animemos a nuestros gobernantes a invertir en arte. Invertir en arte es invertir en artistas que son los que crean y al crear generan belleza, reflexión, pensamiento y por supuesto crean riqueza colectiva. Vida.
Se me olvidaba. Artistas a ser posible también locales.
Comentarios
Ahí está el error, bajo un proyecto que debería ser bueno, se esconde un oscuro secretismo que hace pensar en quién se está llevando su parte del pastel
O sea que ve bien que en plenos recortes bestiales a trabajadores, deshaucios, despidos masivos, gente que no tiene ni para comer, familias viviendo de la pensión del abuelo... etc, etc, los concejales, asesores, enchufados y artistas amigos o supuestamente superiores a los demás (porque ¿realmente los que han cobrado han desarrollado obras mejores que los locales?... esto no es más que puro snobismo) se sigan repartiendo los cientos de miles de euros que nos roban a los ciudadanos. Y todo ¿para qué? Para que venga estos a repetir una y otra vez lo mismo que vienen haciendo por todos lados.
Realmente, estos que van de entendidos son aun peores.