19/05/2017. Teatro Cervantes de Málaga.
Texto: Manuel Malaka l Fotos: Juan Mir
Quizá buscando la esencia, quizá buscando saber que hay detrás de las apariencias. De su propia apariencia, de la apariencia que todos cuidamos, de lo que somos y de lo que mostramos. Y de esa inquietud y esa búsqueda nace este último espectáculo de Eva Yerbabuena, Apariencias.
La obra se estrenó en el Festival de Jerez del pasado año. Sin duda, un espectáculo de madurez de esta grandísima bailaora granadina nacida en Fráncfort. Es un trabajo valiente, sin miedo, de una bailaora que lo ha hecho ya todo. Con una carrera reconocida internacionalmente. Premio Nacional de Danza en 2001. Con compañía propia desde hace casi veinte años. Eva lo ha logrado todo en el flamenco, y pese a ello, no se conforma. En este Apariencias nos demuestra que quiere seguir descubriéndose, quiere seguir creciendo y evolucionando más allá de las apariencias del flamenco.
Sobre el escenario nos encontramos con ingredientes muy diversos, en muchos casos muy lejanos a lo flamenco. Que cuestionan la apariencia tradicional de este arte. Y que desnudan a La Yerbabuena flamenca que conocemos para dejarla volar sin ataduras. En ese viaje la acompañan un cuerpo de baile de cuatro maravillosos bailaores. Entre los que quizás destacaríamos por su ya reconocida trayectoria profesional a Christian Lozano, que sabe incorporar todo lo teatral de la puesta en escena a un perfecto dominio del escenario y a un baile rotundo y lleno de matices.
En ese viaje más allá de las Apariencias del flamenco juega un papel fundamental la percusión de Antonio Coronel, que roba el protagonismo durante la primera parte a la guitarra flamenca de Paco Jarana responsable de la dirección musical. La voz de Alana Sinkëy, cantante de Guinea Bisau, pone el contrapunto y añade a la obra una nota de serena belleza africana.
En esa búsqueda de la esencia del flamenco La Yerbabuena necesita de voces poderosas para encontrar la emoción que hace desplegar sus alas. Y Alfredo Tejada y Miguel Ortega, desde luego, consiguieron hacer vibrar el escenario y estremecer al público con la verdad de su cante. Supieron dar alas con sus voces a esa Eva que quiere volar más allá de las apariencias, más allá del universo flamenco de volantes y lunares, hacia la esencia de ella misma y del flamenco. En especial en una soleá que nos reservó para el final llena de pellizco y jondura, y que nos demostró una vez más por qué Eva Yerbabuena, Eva María Garrido, tiene ya un lugar de honor entre los grandes del flamenco.
Una noche especial en un Teatro Cervantes que parece querer reconciliarse con el flamenco. Y una artista en su espléndida madurez dando razones para que nuestros teatros abran sus puertas de par en par a este arte Patrimonio de la Humanidad.
Coreografía y dirección escénica Eva Yerbabuena
Guitarra y dirección musical Paco Jarana
Bailarines intérpretes Eva Yerbabuena, Christian Lozano, Fernando Jiménez,
Ángel Fariña, Mariano Bernal y Maise Márquez
Cantaores Alfredo Tejada y Miguel Ortega
Colaboración especial Alana Sinkëy
Percusión y batería Antonio Coronel
Coproducen Festival de Jerez, Festival de Música y Danza de Granada, Bienal de Flamenco de Sevilla e Instituto Andaluz del Flamenco
1.25 h. (s/i)