11/01/2018. Teatro Cervantes. 35 Festival de Teatro de Málaga.
Texto: Manuel Malaka l Fotos: Juan Mir
No sufras más por los goles que nos han metido. Málaga ya está en la Champion. En la Champion del flamenco, de la danza y de la escena internacional. Sí, Rocío Molina lo ha conseguido.
Nuestra bailaora más internacional llegó como Caída del cielo este pasado jueves al Teatro Cervantes, para quitarnos las penas del fútbol, con uno de los platos fuertes de este 35 Festival de Teatro. Rocío nació en Torre del Mar en 1984. Posiblemente aquel día que el temporal de mar llevó las aguas hasta la tapia del cementerio. Y por eso ella, como el mar, no entiende de orillas. Este jueves 11, nos demostró que se ha convertido ya en el más claro exponente de ese nuevo flamenco transgresor que juega y explora sin miedo más allá de las orillas del flamenco.
Esta fuerza de la naturaleza nace del flamenco y crece en el flamenco. Rocío es flamenco cuando desata su oleaje, cuando siente y cuando vibra sobre el escenario con esa intensidad. Pero su temperamento inquieto necesita algo más. Reivindica la esencia salvaje y libre del flamenco, sin miedo a los riesgos. Creando así un estilo propio, valiente y provocador que se alimenta de las vanguardias y que nos dejará sin duda un poso, un lenguaje y una estética para el futuro. Rocío pese a su juventud ya nos dibuja nuevas orillas en el flamenco como antes que ella ya lograran hacer otros.
Caída del cielo se estrenó en París en el Teatro Nacional de Chaillot. Este dato ya nos dice mucho sobre la obra y sobre la carrera de Rocío hoy día. Premio nacional de danza en 2010, ha logrado pese a su juventud reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras. Solo con Caída del cielo ya logró tres premios Max de teatro el pasado año, entre ellos el Mejor espectáculo, coreografía e intérprete femenina.
Rocío subió al escenario de nuestro Teatro Cervantes el año pasado por primera vez. Con Afectos saldó la deuda que el teatro y la ciudad le debía con un lleno y un éxito absoluto. Y, como era previsible, lo ha conseguido nuevamente en esta ocasión. Pero no sería justo nombrar solo a Rocío. Junto a ella caen del cielo también José Ángel Carmona. Una voz flamenca que estremece, y con solera. Y es que este sevillano forma parte de una familia de varias generaciones de artistas. Con varios discos ya publicados.
Eduardo Trassierra cayó también del cielo con su guitarra. Habitual colaborador de Rocío en anteriores espectáculos, y con un Giraldillo al toque en 2002, es pieza esencial en todo el espectáculo, y especialmente cuando, literalmente, Rocío crea un lienzo sobre el escenario con su baile. Ella pone el color y la fuerza expresiva, pero las cuerdas de la guitarra de Eduardo ponen el trazo a una de las piezas más sobresalientes de la obra. Eduardo crea la atmósfera sutil y evocadora para que Rocío crezca y cree sobre las tablas.
Pero si algo sorprende en Caída del cielo es la libertad creativa que Rocío defiende como bandera. Acostumbrados como estamos a espectáculos que solo buscan hacer caja y contentar a un público, con frecuencia, poco exigente. Rocío nos sorprende por su valentía creativa. La batería, la guitarra eléctrica, el pandero asturiano en la percusión, el desnudo, un cinturón de castidad,... y todo logra encajar. Rocío no tiene miedo a jugar, a experimentar y a divertirse en el escenario. Y esa valentía, ese descaro para crear sin miedos es estimulante, provocador, y parte ya de un sello propio como artista. Así la noche terminó con rumba, con alegría y con un público en pie en un aplauso como pocos. ¡Y Rocío volvió a ganar por goleada!
Coreografía, Codirección artística, Dirección musical y Baile: Rocío Molina
Dramaturgia y codirección artística Carlos Marquerie
Composición de música original y Guitarras: Eduardo Trassierra
Cante y Bajo eléctrico: José Ángel Carmona
Compás y Percusiones: José Manuel Ramos ‘Oruco’
Batería, Percusiones y electrónica: Pablo Martín Jones
Una producción de Danza Molina S.L. / Chaillot – Théâtre National de la Danse (París) en colaboración con el INAEM
Rocío Molina es artista asociada del Théâtre National de Chaillot (París)
Premio Nacional de Danza 2010
1.30 h. (s/i)