29/08/2018. Ciclo Flamenco. Casa de los Navajas. Torremolinos.
Texto: Manuel Malaka l Fotos: Juani Abril
La propuesta de Ciclo Flamenco en Casa de los Navajas, se ha convertido en una de las citas más interesantes de este verano para los amantes del flamenco en la Costa del Sol.
Este verano Torremolinos ha sabido sacar partido a dos elementos importantes de su patrimonio. El flamenco y la Casa de los Navajas. Una combinación que ha resultado todo un éxito para las noches de verano.
Al atractivo de las noches de verano frente al mar, en un lugar tan especial como la Casa de los Navajas en el Bajondillo, en Torremolinos, han sabido unir una atractiva programación, por la que han pasado artistas tan notables como el propio Manuel Roldán, responsable del ciclo, Vanesa Aibar, Sandra Cisneros, Miguel Astorga, Rosa Linero, Luisa Chicano,… Y este pasado miércoles 29, ha despedido la programación de agosto Ana Fernández.
Ana Fernández es malagueña y se ha formado en nuestro Conservatorio. A lo largo de su carrera profesional ha subido a escenarios tan destacados como Peña La Platería, Casa Patas, el Festival de Ojén, La Bienal de Málaga, … compaginando sus actuaciones con su labor docente en la Escuela de Danza Picasso. A su formación y su experiencia, Ana une una gran naturalidad sobre el escenario. En su baile hay técnica, pero también duende, y sobre todo solvencia sobre las tablas. Derrochó gracia en tangos y bulerías. Y nos dejó con ganas de más, esperemos poder tener en breve una nueva ocasión.
Rosa Linero, habitual del escenario de los Navajas. Estuvo sutil y acarició los cantes demostrando no solo su gran voz, también versatilidad y emoción. Con su poderosa garganta no teme abandonar el micro y nos regaló unos momentos arrebatadores para el fin de fiesta. La acompañó a la guitarra Francisco Martín Cerdán que estuvo magnífico en su granaína. Y en la percusión, otro habitual, Isaac García, impecable también con el cajón.
Las vistas al mar, la singularidad del edificio y la simpatía de Manuel, hacen sentir al público en estado de gracia desde antes de sentarse. Pero Manuel Roldán, no solo hace de acogedor anfitrión, sube al escenario y participa de la fiesta. Porque así lo vive él. El flamenco como una fiesta de los sentidos. Baila en perfecta complicidad con el público, acompaña al compás,… pero sobre todo disfruta sobre el escenario. Derrochando y regalando alegría. Y haciendo que todo parezca tan fácil. ¡Enhorabuena, Manuel! No solo por tu arte, también por aportar a esta ciudad, en ocasiones tan pobre culturalmente hablando, esta ocasión de disfrutar de ese lujo sin precio que es el buen flamenco, y además con alegría y buen gusto.
Por suerte, si aún no has tenido la oportunidad de asistir, aún tienes ocasión. Nos queda hasta el miércoles, 12 de septiembre, que será la clausura, para disfrutar de Flamenco en Casa de los Navajas.