25/08/2022. Festival Anfitrión. Castillo Sohail.
Texto: Manuel Malaka l Fotos: Promocionales.
Finalizó este pasado 25 de agosto el Festival Anfitrión en el Castillo Sohail de Fuengirola, por el que han pasado desde el mes de julio: Els Joglars, El Ballet Flamenco de Andalucía, La Zaranda, Carmelo Gómez,… Y se cerraba con un magnífico broche final, El archipiélago de los desastres, de Isabel Vázquez. Al que precedió en este festival de las Artes Escénicas de Andalucía el día antes Manu Tenorio. ¿Alguien me lo explica? Bueno misterios de la programación que algún día alcanzaremos a comprender.
Con una ya larga y consolidada trayectoria en los escenarios, y tras el rotundo éxito de La maldición de los hombres Malboro, Isabel Vázquez se ha hecho un lugar entre los grandes de la escena, no solo en Andalucía. Junto a Elena Carrascal nos presentaron este pasado jueves 25 de agosto en el Castillo de Sohail, El archipiélago de los desastres, su último trabajo, finalista de los premios Lorca de teatro de este 2022.
Aunque nos pese a los que hemos crecido disfrutando del Teatro Romano de Málaga como escenario de verano, hay que reconocer que el Castillo de Sohail es también un espléndido emplazamiento, posiblemente con más prestaciones.
Una obra de danza, donde hay mucho teatro, y buenos textos que se agradecen y dan consistencia a la obra. Hay quien va a misa y encuentra la fe. Yo voy al teatro, y obras como esta me ayudan a no perder mi fe. Mi fe en el mundo, en el futuro, en la condición humana. Loser suena a sonajero.
En esta sociedad del éxito, en la que cada momento de nuestras vidas es una carrera para llegar los primeros. Nos vamos dejando por el camino mientras corremos desesperados tras el triunfo nuestra ética, nuestra honestidad, el amor,… incluso la belleza. Todo vale con tal de no ser un perdedor. Escondemos nuestra fragilidad, nuestra derrota, y nos avergonzamos de ella. El archipiélago de los desastres nos lleva a ese mar donde nos encontramos los perdedores que alguna vez hemos sido todos, y contemplamos nuestro naufragio sin pudor, entendiendo toda la belleza que nos puede aportar la derrota.
Sobre las tablas este archipiélago cuenta con un estupendo y diverso reparto de actores que bailan, bailarines que cantan,… en una perfecta armonía. Encontramos a Arturo Parrilla, hombre Malboro, y Sr Éxito a ritmo de mambo. Nerea Cordero, Lucía Bocanegra, Ana F. Melero, Javier Centeno que colabora en los texto, Santi Martínez y un jovencísimo Javier de la Asunción, impecable, sustituyendo a Deivid Barrera. Versátiles, brillantes todos, dando la energía y la chispa que da ritmo y vida a esta obra. Un verdadero archipiélago de talento.
La belleza de la fragilidad.
Este archipiélago podría parecer un lugar triste, todo lo contrario, una buena dosis de cabaret con humor inteligente, hacen que el público se emocione, sí, pero al mismo tiempo ria. La derrota se desnuda de su disfraz y se queda en calzoncillos para cogerse de las manos y bailar. Existe un deseo de sentirse fuertes y unidos en el naufragio, un autorretrato de los protagonistas y de los que hay detrás de las luces, de todos los profesionales de la cultura que persisten en su vocación pese a todo, de la resiliencia de las gentes del teatro ante la crisis que se vive eternamente en esta profesión.
Estamos faltos de fe. ¡Más teatro, por favor!