Viernes 01/05/2015. Teatro Cervantes
Texto: Elisabet González | Fotos: Marco Takashi
El lago de los cisnes sobre hielo cautiva en el Teatro Cervantes. Los fantásticos artistas y patinadores olímpicos interpretan una gran obra clásica, en un perfecto ejercicio de equilibrio, belleza y destreza.
El Lago de los Cisnes sobre hielo llegó al Teatro Cervantes de la mano de la compañía internacional The Imperial Ice Stars. La representación se alza como una de las propuestas más interesantes de la temporada. La compañía, caracterizada por el montaje de espectáculos sobre hielo en distintos espacios escénicos, nos trae la eterna historia de El Lago de los Cisnes. El triunfo del bien sobre el mal y del amor sobre todas las cosas. En esta obra de ensueño se entremezclan la música, la danza, la interpretación y el patinaje en una armonía sorprendente, sin que el espectador pierda un ápice de emoción de principio a fin.
Desde la primera escena, los actores, mitad artistas mitad acróbatas, nos introducen en la historia del atribulado príncipe Sigfrido y su amada Odette, el Cisne Blanco. Los bailarines en una perfecta combinación de destreza y encanto, seducen como si de un hechizo se tratara. Los campeones olímpicos danzan sobre el hielo con un control exquisito del medio. Las acrobacias, saltos y volteretas atraen, sorprenden y sacan aplausos y más aplausos, aunque la mayoría seguimos con el corazón encogido. La escenografía transmite y envuelve, llevándonos a lugares lejanos. Nada es lo que parece en este Teatro Cervantes: las aves vuelan, la nieve cae sobre nosotros y la danza del fuego hace vibrar al público. El vestuario ha sido escogido con talento, es sencillo, con un toque de suntuosidad y derrocha exquisitos detalles. Todo ha sido puesto en escena para cautivar al espectador, embelesarlo y sorprenderlo en cada pirueta. Odile, el Cisne Negro, hija del malvado hechicero Von Rotbart no consigue ganar la batalla. Una vez más, triunfa el amor verdadero.
Todos conocemos bien la historia y la música que el genial Tchaikovsky compuso para este cuento. Se han hecho infinitas representaciones de una obra tan archiconocida como El Lago de los Cisnes, en todos los rincones del planeta y con distintos medios, directores y artistas. Y una vez más, la perfección de una gran obra llega a los espectadores a través de una impecable producción y una propuesta novedosa. Los artistas, lo mejor del patinaje olímpico ruso, se dejan la piel en cada escena. Interpretan sin perder la concentración que requiere sus movimientos, en una dualidad muy interesante. Hasta un total de 25 patinadores en escena juegan como niños, en total armonía, sin resquicio de error, mientas la música nos entra en vena. Y cuando se trata de una escena individual o en pareja, nos enamoramos ante tanta belleza.
La emoción de chicos y grandes se percibió en el patio de butacas desde la primera escena. Y al final, el público pidió más. Las distintas interpretaciones, actuaciones y adaptaciones de un clásico como El Lago de los Cisnes aumentan el poder de esa obra y por ende, del arte que nos llega. Y la magnífica actuación y puesta en escena de los artistas del Imperial Ice Stars cautivó hasta el infinito.
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El lago de los cisnes sobre hielo
Música: P.I. Tchaikovsky
Adaptación musical: Tim Duncan y Edward Barnwell
Coreografía: Tony Mercer, Evgeny Platov (doble Oro Olímpico), Albena Denkova y Maxim Staviski
Odette: Olga Sharutenko - Odile: Iuliia Odintcova - Príncipe Sifgrido: Bogdan Berezenko - Barón von Rothbart: Jurijs Salmanovs - más cuerpo de bailarines / patinadores
Dirección artística Tony Mercer
> duración 2.20 h. (c/i)