20/09/2015. IV Bienal de Flamenco de Málaga. Teatro Cervantes.
Texto: Cristina Sirur-Flores | Fotos: Malagaenflamenco
Gala de Clausura de la IV Bienal de Flamenco de Málaga, organizada por la Diputación
A las 21,30 horas se levanta el telón (media hora más tarde de lo anunciado) y los oles se descolgaban de los palcos quedando el suelo sembrado de compás, sabiduría y juventud.
Valió la pena esperar, porque solo como los gitanos saben hacerlo, todo a lo grande, el elenco al completo arrancó por soleá-bulerías.
Comenzaré con los que guiaron y arroparon en todo momento a estos tres artista, sus músicos y cantaores-as: las guitarras de Román y Raúl Vicenti, la percusión de Polito, el violín de Tomás, los cantaores-as Antonio Villar (hijo de Juanito Villar) Encarnita Anillo y “La Mari”, y Popo con el bajo. Todos ellos perfectamente compenetrados y en el sitio que les corresponde, poniendo cómodo a los bailaores. Pudimos disfrutar de la dulzura del violín y la guitarra en solitario en diferentes momentos de la actuación.
La lV Bienal de Flamenco supo elegir muy bien el cierre de esta edición con el estreno de esta obra de los hermanos Montoya, herederos de un linaje flamenco y de una escuela muy personal fundada por su abuelo, El Farruco.
Juan Manuel (Farruquito), Antonio (Farru) y Manuel (El Carpeta) Fernández Montoya, son hijos del cantaor Juan Fernández Flores (El Moreno) y de la bailaora Rosario Montoya Manzano (La Farruca); desde que los parieron y casi aseguraría que desde el vientre materno, han pasado toda su vida inmersos en el flamenco.
Tres bailaores, tres hermanos unidos en el mismo sentimiento y concepción del flamenco, diferentes en edades y en estilos pero iguales en su meta. Los tres son poseedores de la sabiduría del abuelo Farruco, pero es innegable que el patriarca del clan es Farruquito demostrando en cada movimiento la experiencia y la andadura en los escenarios desde muy pequeño de la mano del maestro. Los gitanos tienen muy en cuenta de donde vienen y en donde mirarse por eso sus mayores tienen mucha importancia en sus vidas. Farruco abuelo supo dejar en sus herederos ese sentir flamenco imprimiendo una característica muy personal y los jóvenes recogieron el testigo haciendo gala de lo que corre por sus venas.
Con la misma fuerza, compás y seguridad nos ofrecieron bulerías, tangos, farruca, caña y seguiriya levantando al público de las butacas constantemente. Fueron generosos en su despedida y tuvimos momentos muy sentimentales cuando cada uno de ellos recordó a varios de su familia.
Un espectáculo lleno de color, ritmo y sonido. Quizás en este último aspecto, demasiado sonoro. Si en algún momento hubo alguna salida de compás, las palmas y el jaleo lo disimularon. Por eso los solos de guitarra y violín fueron como un remanso. Un … respiro y vuelvo otra vez.
No se podía esperar menos de esta saga, que lógicamente superó las expectativas de todo el mundo volcándose con verdadera ilusión. Flamencos, jóvenes, con sabiduría, ¿qué más se puede pedir?
Ovación repetida con todo el teatro en pié.
TR3S Flamenco
Al baile: Juan Manuel Fernández Montoya 'Farruquito', Antonio Fernández Montoya 'Farruco', Manuel Fernández Montoya 'El Carpeta'
A la guitarra: Román Vicenti, Raúl Vicenti
Al cante: Antonio Villar, Encarnita Anillo, Mari Vizárraga ‘La Mari’, Pepe de Pura
Percusión: Polito
Violín: Tomás
Bajo: Popo