19/03/2014. Yelmo Cine. Vialia.
Texto: Amelia Íñiguez | Fotos: web
Una vez más el Royal Ballet deleita con una bellísima representación del ballet La Bella Durmiente.
Este ballet es muy duro físicamente para la primera bailarina, interpretada esta vez por Sarah Lamb. El papel de Aurora (Bella Durmiente) en el 1º acto es técnicamente muy complicado. La entrada de la princesa a su fiesta de dieciséis cumpleaños está llena de energía, con pequeños saltos, equilibrios y giros. A ella le sigue el adagio, plagado de equilibrios al attitude…hay que saber administrar la energía sin perder ese entusiasmo de la juventud que se está interpretando. Es una dura prueba técnica e interpretativa que Sarah Lamb superó sin problemas.
Su pequeño y delgado cuerpo contiene una fuerza y trasmite una energía que siempre te sorprende. Desde que ascendió a solista de la compañía en el 2006 no ha parado de darnos lo mejor de sí misma. Quizá se le notó un poco nerviosa en un primer momento pero fue creciendo en su interpretación conforme pasaban los minutos.
Su compañero de reparto, el australiano Steven Mc Rae, estuvo insuperable. Su técnica buenísima que muestra sin problemas como si la tuviera de forma innata dejo maravillados a los espectadores.
En la variación del 2º acto, en la que se encuentra solo en el bosque, mostró una sensibilidad y un carisma que atravesaba la pantalla, trasmitió perfectamente la sensación de soledad del príncipe Florimundo (en otras versiones al príncipe se le llama Desiree). Pero fue en la variación del 3º acto 
donde nos dejo atónitos con la elevación de sus saltos y esos giros acabados en un perfecto equilibrio. Fue una maravilla!!
El Hada Carabosse interpretada por Kristen McNally, nos demostró como había preparado duramente su papel. Realizó una interpretación magnífica. Las caras, los gestos acompañados por las manos muy expresivas…fue una “malvada” perfecta!
Otro papel importantísimo en este ballet es el del Hada Lila. Interpretada esta vez por Laura McCulloch. He de decir que fue lo que menos me gusto esta vez. Esta bailarina altísima, representó muy bien el papel pero quizá resultó demasiado forzada la mímica. Hacía que en muchos momentos se perdiera la magia de la historia.
Por supuesto huelga decir que el resto de la compañía estuvo magnífica pero destacó enormemente la interpretación de Yuhui Choe y Valentino Zucchetti en el paso a dos del Pájaro Azul. Ella es de esas bailarinas con una técnica “limpísima”. No encontré ni siquiera un pequeño fallo. Unido a que interpretativamente tiene una dulzura y una fuerza que controla a la perfección… ¿Que más se puede pedir? Él es explosivo (quizá demasiado para mí) pero la unión de ambos resultó. Quedó un precioso y virtuoso paso a dos que el público valoro como se debía sumiéndose en una lluvia de intensos aplausos.
Como ya nos tiene acostumbrados el Royal Ballet nos mostro todo su poderío de iluminación, decorados, attrezzo y vestuario. Demasiado recargado esta vez para mi gusto (todavía trato de entender el gorro con corona de la reina en el 1º acto…).
El cine lleno y yo, de nuevo contentísima por ello pero, al contrario que otras veces, vi muy pocos estudiantes de danza y profesor@s. Me hubiera gustado encontrarme con más caras conocidas, tal vez la próxima proyección…
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