Texto: Manu Triguero | Fotos: Daniel Pérez TC
El bailaor granadino Rafael Amargo presentó un espectáculo innovador e insólito en el Teatro Cervantes en Málaga como, por otra parte, era de esperar. La propuesta, que tiene una respuesta positiva por parte de los espectadores, parte de la decisión de Rafael Amargo de exponerse solo en el escenario para contar de una manera intimista, sus experiencias, sus inquietudes, sus fracasos, sus glorias, sus amores, sus desamores..; y deja entrever su lado más afectivo y emocional. Esta representación habla de sus orígenes y de su vinculación con Granada, del miedo a la soledad y a la tristeza que lleva el artista consigo.
El espectáculo es un tránsito por el flamenco, desde la seguidilla o la farruca a la soleá. Hay que puntualizar que el bailaor granadino, con ésta última puesta en escena continúa rompiendo moldes. Es un bailaor versátil y camaleónico. También en su forma de interpretar y utilizar el flamenco: desde la pureza y la ortodoxia, con alarde de espacio escénico excepcional, a la particular versión de "Ne me quite pas", que popularizara Édith Piaf. El bailaor canta en directo en el transcurso de "Solo y Amargo". Éste inesperado homenaje al famoso tema de Jaques Brel, sirvió para que Amargo dejara de bailar y se atreviera a cantar en francés, dejando al publico boquiabierto y sorprendido por esta nueva faceta del artista en la que muestra su lado más afectivo y emocional. Sin embargo el tono principal de la pieza, caminó por el rumbo de las obsesiones y la desesperanza; los gestos de agonía y tristeza forman parte de la coreografía. Como pasa en la escena en la que suena Lo eres todo de Luz Casal.
Enmedio del sobresalto emocional, Rafael Amargo, hace un inciso y comienza a dar explicaciones por el retraso del comienzo de la función (casi veinte minutos), Explicando el motivo, la cantaora Maite Maya tuvo que acudir al hospital. Pidió disculpas, dio las gracias al publico. A partir de ahi le dio a la retórica entre las risas del público, dijo que se considera medio boquerón ya que sus padres viven aquí y contó que no actuará en granada porque "los granadinos tienen mucha mala folla"
La actuación se cerró con un fin de fiesta donde cambió el tono de todo lo que habíamos visto hasta el momento, a un lado ya las tristezas, El broche final concluye con la presentación de todos los musicos que le acompañan y el público aplaudiendo de pie.
SOLO Y AMARGO de Rafael Amargo
Batio, violonchelo
Antonio Maya, percusión
Maite Maya, cantaora
Mario Montoya, guitarra
Cuco, piano y acordeón
Juan Parrilla, flauta y dirección musical