La más reciente obra de la compañía La Phármaco está inspirada en Edipo en Colono y Antígona de Sófocles
Texto: Carmen Titos | Fotos: Daniel Pérez / TE
Ciclo de Danza. Teatro Echegaray | 24/10/2013
“No me he enterado de nada” fue el comentario del amigo que me acompañaba cuando abandonábamos la sala. Después, durante las cervezas se sentiría arropado: NADIE de su grupo se había enterado de nada.
No hacía falta razonar, bastaba sentir. El aforo estuvo lleno y los espectadores pudieron recibir toda clase de sensaciones y elementos de recreación: sol, viento, desgaste, frio, agua, calor, agobio, inclemencias, dificultades… Evocar paisajes, intuir figuras, recibir sensaciones y afectos. Con tan solo dos bailarinas en un escenario totalmente vacío. Además de dos músicos (viento y percusión) y una cantante soprano asomados entre las patas derechas. Minimalismo al máximo sin artificio, sin ningún adorno superfluo.
En algunos cuadros caía la luminosidad sobre el patio de butacas, el diseño de luces era muy marcado y original, pero sin excesos. “Exodo” vuelve a lo primigenio, a los clásicos de los que bebe toda la literatura y arte desde V a.C., a través de la danza más contemporánea.
Edipo y Antígona formaron un solo cuerpo pesado, hubo técnica de danza contact. Newton con su Ley de la Gravitación Universal en 1687 atestiguó que los cuerpos son atraídos por el centro de gravedad de la Tierra, tal y como ocurría con las dos bailarinas en su danza extenuante atraídas por las maderas del suelo. Rompiendo la verticalidad, herederas del teatro físico de Grotowski y Barba: “…trabajo pesado, de sudor por la profesión, de sangre. Una rodilla rota”.
Pictóricamente, la escena recordaba a las imágenes de Brooke Shaden, Vadim Stein y Alfred Weissenegger pero sin el erotismo. Estéticamente atrayentes reflejando aquí la relación padre-hija en una situación de cooperación ante dificultades extremas.
Éxodo: primer día está inspirada libremente en Edipo en Colono y Antígona de Sófocles. A pesar de la ausencia de la palabra durante los 45 minutos (sólo tenemos voz con los cantos griegos en vivo y en los ruidos y respiración de las bailarinas) se traspasan increíblemente las sensaciones y los componentes psicológicos de las piezas del poeta griego.
La obra comienza con la llegada de Edipo ciego, acompañado por su hija Antígona al bosque de Colono, buscando el lugar para su descanso definitivo. En la obra anterior, Edipo Rey, el protagonista pasó del mayor esplendor como rey de Tebas a la miseria más absoluta tras descubrir que fue empujado por los dioses a asesinar a su padre y casarse con su madre. Tras ser expulsado de su ciudad por su injuria comienza la andadura que se relata en “Éxodo”.
Se siente a Pina Bausch (pionera del teatro-danza y la danza contemporánea) en la pulcritud y finura de los cuadros, el riesgo y vanguardia, el estado de percepción receptiva y la simbiosis de las distintas expresiones físicas: movimientos corporales, emociones y sonidos. Pina también trabajó sobre los griegos y su mitología (Ifigenia en Táuride de Eurípides, Orfeo y Eurídice).
Asimetría, figuras extracotidianas, dibujos en el aire, pelo en la cara, nivel de extrañeza, cambios de atmósfera. Ligazón entre los dos cuerpos, peso, tonicidad común y precisión. La danza vanguardista es un bufet para los sentidos. Si nos detenemos simplemente en la observación del cuerpo de la bailarina, tenemos un cuerpo esculpido, trabajado, una escultura viva y en movimiento, su mera visión ya sacia la sed artística.
Éxodo: primer día se inspira en la iconografía griega antigua y respeta la estructura de la tragedia griega (episodios y estásimos), la música es original a partir de recreaciones musicales de la época. El diseño de luces (y sombras) y el espacio sonoro son finos, elegantes, cerrados, impolutos. Todo perfectamente cuadrado, eché de menos el lado impuro, la fragilidad de la obra, sentir la cuerda floja, la vulnerabilidad de la creación. Pero, el resultado era lleno, completo, exhaustivo.
La pieza acaba en sufrimiento (pathos y catarsis). Los griegos tenían 30 palabras para decir “¡Ay!”. Y es que una tragedia tiene que acabar como el rosario de la aurora. Si no, no sería tragedia, sería un chiste.
La danza de La Phármaco transmite con fidelidad las descripciones que Sófocles hace en sus obras.
En Edipo en Colono hay muchas referencias a la corporalidad de Edipo: “viejo ciego”, “sufrimientos y la larga edad que me acompaña”, “viaje demasiado largo para lo viejo que eres”, “¡Oh! Es espantoso a la vista y espantoso al oído”, “infeliz Edipo”, “un hombre tan desgraciado”, “sangrientas destrucciones de tus ojos”, “¿A qué se debe este tu aspecto?”, “No dobles ya tus pasos”, “maltrecho cuerpo”. Así como referencias a la fisicalidad de Antígona: “…mi cuerpo no tendría fuerzas para moverse por sí solo sin un guía”, “…anclaría yo tan grande sobre una cosa tan pequeña que es mi hija”, “tú cuida aquí de padre”, “Padre, yo me ocupo de esto. Con suavidad”, “…hubo fortalecido su cuerpo, errante siempre la pobrecilla en compañía mía, guía a un viejo, vagando constantemente, sin comer y descalza”. La fortaleza de carácter y valentía de Antígona también es reflejada en la obra que lleva su nombre.
En Edipo en Colono encontramos innúmeras referencias a los apoyos de Edipo ciego en su hija Antígona: “-Agárrame entonces. –Yo te agarro”, “agárrame hija”, “…reclinando tu cuerpo anciano en mi mano cariñosa”.
Todo esto, la palabra y dramaturgia de Sófocles sirvieron de punto de partida a Luz Arcas en su trabajo coreográfico, junto con la interpretación de Regina Navarro y la dirección artística de Abraham Gragera.
También evocamos a través de la expresión corporal, música y juego de luces el lugar sagrado donde arriban, Colono: “tierra de caballos, de hermosos potros, de hermoso mar”, “hiedra color vináceo”, “crecen hermosos racimos”. Así como los truenos y relámpagos anuncian el fin de la existencia de Edipo (“el rayo de Zeus”).
LIBRETO
Éxodo: primer día
EPISODIO I. En el bosque de Colono
Cuadro I. Padre, hija/ hermano, hermana
Cuadro II. Muerte de Edipo
ESTÁSIMO
Todo se habrá cumplido.
EPISODIO II. El regreso a Tebas
Cuadro I. Tú, el futuro
Cuadro II. Visiones de Antígona
Intérpretes:
Luz Arca, Antígona y Regina Navarro, Edipo
Interpretación y Composición musical:
Laura Fernández, voz y corifeo - Mariano Peyrou, viento y José Saqués, percusión
Ficha técnica:
Coreografía, Luz Arcas - Dirección artística, Abraham Gragera - Iluminación, Jorge Colomer - Vestuario, Rosa López - Dramaturgia y dirección escénica, Luz Arcas y Abraham Gragera