16/11/2019. Teatro Cervantes de Málaga. Danza a Escena 2019.
Texto: Antonio Zafra | Fotografías: Promocionales de la compañía por María Alperi
La joven compañía Kor'sia trajo al Cervantes su sugerente montaje The Lamb que consigue el aplauso y reconocimiento del público malagueño.
Superado el otoño veraniego, me percato de que todavía existe el otoño invernal, por lo menos por ahora, a espera de la evolución climática mundial. A esto sumo los milagros y venturas que produce el cambio de hora con el que se consigue que las tardes duren un suspiro y la noche reine a las diecinueve horas y de resultas, disfruto de un fresquete vespertino muy simpático que es propicio para los catarros, enfriamientos y gripes. Yo, aunque vacunado de la gripe recientemente, tengo un enfriamiento curioso cuando menos, con sus buenas dosis de toses, esputos y otras lindezas. Con semejante cuadro, clínico, me encuentro en la mañana del sábado, con la crónica de The Lamb comprometida y me digo: ¿aviso a Aforo Libre y digo que me sustituyan? Pues no, que el teatro cura, que sólo tengo que llegar, sentarme, procurar no toser y volverme sin muchos meneos; se puede hacer y allí que fui. Me tomo una dosis generosa de un jarabe con codeína, jarabe propio para evitar la tos, fui andando, si beben no conduzcan; y me aprovisiono con agua y caramelos para evitar toses, llevaba como para convidar a todo el teatro. Llego al Cervantes, café rápido en los aledaños, para dentro. Menos público del acostumbrado en el Cervantes, el patio de butacas superaba la media entrada, en palcos y pisos algunas cabezas asoman. Primeros avisos, veo sentados gente muy guapa y elegante, algunas personas son claramente estudiantes de danza o bailarines…
Comienza el espectáculo: The lamb de la compañía Kor’sia, dentro del ciclo Danza Málaga 2019 del Teatro Cervantes. A telón cerrado un invidente cruza el patio de butacas. Cuando sube la escalera me doy cuenta de que el bastón es rojo y blanco, propio de las personas que tienen pérdidas visuales y auditivas al mismo tiempo. Una actriz le retira el bastón y las gafas. Milagro: el ciego ve. Se alza el telón, una escenografía en blanco, candelabros varios, personajes vestidos por el diseñador Palomo Spain, humo, mucho humo, los personajes deambulan lentamente, distingo un cuadro con un cordero con las patas atadas al fondo, creo que es una reproducción de Cordero de Dios de Zurbarán… Por un momento pienso que me he pasado con el jarabe, poco a poco se van desarrollando las coreografías, danza contemporánea, muy sugerente, complicada y barroca. Los cuerpos se retuercen, giran y moldean causando angustia y expectación. Después de los primeros minutos de desconcierto, los bailarines consiguen hipnotizar y fascinar al público que estuvo durante toda la función atento al desarrollo del espectáculo. Finaliza la obra con un duro oscuro, mudo, seco, largo apagón y se produce uno de esos momentos mágicos que sólo puede ocurrir en espectáculos en directo. La sala enmudeció, mirando la oscuridad, desconcertada, deslumbrada, unos segundos eternos y un gran aplauso por fin rompe la tirantez. Los bailarines salen a saludar dos veces, por los prolongados aplausos y los gritos de bravo, algunos entusiastas puestos en pie.
Salgo. A diferencia de otras veces que he ido a cubrir un espectáculo esta vez apenas sabía nada sobre la obra ni de la compañía, ya que me había pasado el día intentado mejorar el resfriado en vez de documentarme. Salí del espectáculo con muchas imágenes en la cabeza: The Lamb sugiere sufrimiento, angustia, sometimiento a las ideas, a la religión y a la moral, rebeldía. La ceguera del paciente y su curación representa la ceguera de la sociedad ante el sufrimiento que miramos pero no vemos. La observación de los padecimientos de los personajes danzantes produce angustia al personaje del ex ciego, culminando al final de el espectáculo, en la escenificación de lo que apunta la sinopsis “En este mundo, para despertar necesitas cerrar los ojos por segunda vez”.
La compañía la encabezan Mattia Russo y Antonio de Rosa, ambos de origen italiano, exbailarines de la Compañía Nacional de Danza y ambos Premio Positano 2016, es una compañía residente del Centro Danza Canal en Madrid desde 2017. Para este espectáculo han contado con el apoyo de Auditorium Parco della Musica (Roma) y Comunidad de Madrid y la colaboración de INJUVE, Centro Danza Canal, Compañía Nacional de Danza, Naves Matadero, Accademia Nazionale di Danza Istituto di Alta Cultura di Roma, Consevatorio Superior de Danza María de Ávila, Istituto Italiano di Cultura de Madrid y Museo Universidad de Navarra que impulsó el proyecto desde su primera fase de creación.
Jóvenes talentos que giran con sus espectáculos por Europa y que además de saber bailar y realizar coreografías potentes saben aúnar esfuerzos en producción y distribución. Qué bien. Bailar, y trabajar por todo el mundo, y comérselo, claro, que a eso han salido, con las ganas y el empuje que da la juventud.
Coreografía Mattia Russo y Antonio de Rosa en colaboración con los intérpretes
Dramaturgia María Velasco
Música J.S. Bach y AA.VV.
Interpretación Astrid Bramming, Antonio de Rosa, Agnès López-Río, Alejandro Moya,
Giulia Russo y Mattia Russo
Actor Alberto Tierrez
Dirección Mattia Russo y Antonio de Rosa
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