29/04/2018 Teatro Cervantes
Texto: Cristina Gandarias | Fotos: Daniel Pérez / TC
El dios de Manu Sánchez mola y mucho.Manu nuestro, que estás en los teatros,
iluminado sea tu nombre;
venga a nosotros tu sorna;
hágase tu espectáculo en la Tierra como en el cielo.
Danos hoy la risa de cada día;
perdona nuestros aplausos
como también nosotros perdonamos tus descaros;
No nos dejes caer en la seriedad
y líbranos del mal.
Yo propongo este rezo, para que el dios que describe Manu Sánchez en su espectáculo se haga realidad. El humorista, trae de nuevo un show, en el que, con mucho ingenio, da un repaso a la actualidad con grandes dosis de críticas y de humor.
Sánchez se pone en el papel de Dios y en el día a día que supuestamente llevaría su divinidad. Imagínense estar en todos sitios a la vez y tener solo seis días para construir todo lo que hay en el planeta. Algún fleco, seguro que se queda. Les pongo algún ejemplo de lo que normalmente queda descuidado de la mano de Dios, estos son por norma general África, el hambre en el mundo, etc. no ocurre lo mismo con el gol de Maradona o con cualquier tontada propia de los ricos, a quien parece dedicarles más tiempo que a la media. Al menos esa es la visión del humorista, y a ninguno de los presentes se nos escapó esta crítica compartida seguramente por más de una de las personas que ocupaban las butacas.
Las risas y los aplausos se sucedieron desde el momento en que empieza el espectáculo. No asistimos a un monólogo en el que tan solo se acompaña el humorista por una banqueta alta y un micrófono. Esta producción está muy elaborada, tanto en escenografía, como en diseño de luces, texto, canciones, efectos, en fin es un conjunto que se articula para dar protagonismo a la palabra. Mensajes con dardos envenenados, con ironía, con inteligencia, con frescura y con actualidad hacen que el nivel de endorfinas se eleven para poder empezar la semana con un sonrisa que dure por lo menos hasta el siguiente fin de semana.
Manu Sánchez