31/05/2018. IES Lope de Rueda. Representación académica.
Texto: Rosa Parra | Fotos: IES Salvador Rueda
Pedro Olalla y su El Inferno de Dante Alighieri, IES Salvador Rueda
l estreno de la obra anual que nos ofrece Pedro Olalla en el IES Salvador Rueda como trabajo de fin de curso del alumnado de su taller, ha vuelto a ser magistral. Y de categoría profesional.
En la línea de su estilo dramatúrgico, con una puesta en escena espectacular, una dirección de actores coral y minuciosa con una selección de textos significativa y algunas incorporaciones propias, cumple de forma sobrada con la misión didáctica de su labor profesional acercando un clásico, no sólo al alumnado de su instituto, sino también a los de todos los institutos que acuden a ver el espectáculo en horario de mañana. Y lo expande al resto de la comunidad educativa y de la ciudadanía malagueña en las sesiones de tarde.
Pedro es siempre una apuesta segura y una gran aportación cultura al clima teatral de la capital malagueña, lástima que se niegue a entrar como artista creador en los circuitos comerciales, excepción hecha de la recreación que hace de la Pasión de Cristo en vivo en un pueblo de la provincia, Casarabonela.
Su elección de obra, su maestría en la dirección de los actores y actrices, sus puestas en escena, su interpretación física y emocional de los textos y el producto final de todo este trabajo y factores que lo caracterizan y lo determinan, son esperados con expectativas cada vez más altas en el contexto no sólo académico, sino también intelectual y teatral.
Nunca desmerece está atención. Y este año ha vuelto a deslumbrar con su versión de la bajada a los infiernos de Dante Alighieri. Este acompañado de Virgilio atraviesa los 9 círculos que el inmortal escritor describió en su no menos inmortal obra. La metáfora gráfica que utiliza Olalla para representarlos, se traduce en dos plataformas elevadas conectadas por una pasarela que lleva de la vida a la muerte y de una subcarverna de un círculo al otro que en concéntricos descendientes nos acercan al infierno, con los pecadores clasificados en orden de profundidad relativo a su mayor grado de maldad.
- La red que rodea el escenario, y que acota el espacio escénico, se usa como una gran pantalla donde proyectan desde la relación del reparto artístico antes de comenzar la función, hasta imágenes elegidas por el director de acuerdo a los momentos que se viven o narran en el escenario. Como anécdota contar que esta red es una aportación de pescadores de Barbate. Estas proyecciones sitúan visualmente al espectador/a en las situaciones dramáticas y generan como una bruma que permite superponer escenas como si el tiempo y el espacio se diluyeran en este submundo visitado por Dante y pudiéramos asistir a varias de ellas a la vez. Se infiere una atmósfera espectral sin necesidad de humo, que permite ser muy consistentes a los detalles simbólicos que caracterizan en la cultura judeocristiana al infierno (sangre, sudor, lágrimas, fuego, penitencia...)
- A resaltar la barca de Caronte, recreada por seres mitológicos que transportan a Dante y a Virgilio como símbolo del paso del Aqueronte al infierno. Son los cuerpos de los actores la propia barca.
- El coro de almas condenadas que se van convirtiendo con sus movimientos y sus sonidos guturales en los diferentes pecadores de los distintos círculos infernales. Olalla se refugia en su dirección coral, recreando los coros griegos que lo caracterizan en su dirección escénica.
- El lanzamiento de monedas llegados al círculo de los ávaros. El sonido de las monedas al caer sobre el metal de la plataforma retrata la imbecilidad de los condenados por el sonido efímero del dinero.
- El lanzamiento de arena como comida para el círculo de glotones. Que los hace masticar eternamente tierra, por su pecado capital de la gula.
Un aplauso para el colectivo de alumnos y alumnas interesad@s en explorar la literatura con sus dotes actorales y otro mayor para su profesor y director escénico Pedro Olalla, que regala su gran talento desinteresadamente por amor al arte del teatro. Un creador que hará historia, ya que dentro de su humildad, es muy grande.
- Los lanzamientos de sal teñida como penitencia a los pecadores, que resuenan como piedras cuando golpean contra las tarimas creadas como escenografía y simulan el dolor de las almas al recibirlas. Esta sal embadurna a los/as intérpretes que representan a las almas incómodas y sufrientes que deambulan por el averno.