17/01/2019. Teatro Echegaray. 36 Festival de Teatro de Málaga.
Autor: Antonio Zafra | Fotos: Promocionales TE
Dos ancianas con pasado, presente y sin futuro víctimas de las estafas de las “preferentes” se ven desahuciadas y mal viven en una residencia social donde malamente les dan de comer. Ante el cúmulo de desgracias escapan de la residencia en buscan un nuevo horizonte tras las tapias de un cementerio, ¿qué mejor sitio? Esta es la sinopsis parafraseada de No es país para muy viejas, el divertidísimo espectáculo que han creado los componentes de CuestArriba Producciones que vi el jueves 17 en el Echegaray.
Se vendió hasta la última localidad del patio de butacas, el primer piso y segundo estaban libres. Público de todas las edades disfrutó de las aventuras de estas dos señoras de innumerables años que se lanzan a la aventura como unas Thelma y Louise, aunque las razones por las que van huyendo sean otras, y el final de la historia tampoco coincide, ni siquiera van en coche, lo más que montan es una silla de ruedas, modificada por Carlos Monzón, en la que va la madre y cien mil cacharros, bolsas y maletas, ¡qué de cosas, llevan! En fin, poco o nada tiene que ver la película de marras con la obra, “pa qué digo na”, ¿será que estoy senil yo también?
La vida de las protagonistas no está resultando fácil, tienen más años que la puerta de un convento, van divisando ya la línea de meta y se percatan de que muchos sueños no los han cumplido y sopesan si realizar los que les da tiempo. Son madre e hija, por lo que: las relaciones familiares, el amor materno filial, los secretos, la necesidad de pertenencia junto al ahogo que produce la familia; todos estos son temas que están presentes en la función. Los temas se tratan con ternura y mucho humor, la obra es muy amable con sus personajes, más que reírse de la senectud lo que hacen es denunciar situaciones que están pasando y divertir, entretener; eso siempre.
Si tienes lapsus o citas a Thelma y Louise sin venir a cuento, si te duele las varices o te faltan dientes, si tienes una madre que te manda a tu cuarto, o tienes un vástago que te da portazos, si te meas vivo, o viva, por las esquinas o te crujen los huesos, si cuando subes los brazos dices: “¿Ves? Esto, yo, no lo puedo hacer” te verás retratado en No es país para muy viejas. Y claro, por todas estas razones funciona divinamente esta comedia y divierte tanto: por la identificación.
Y si no te pasa a ti, le pasa a tu vecina, madre o hermana. Son muy próximos los personajes y las situaciones. Éstas, pegadas a la realidad y a la actualidad, con múltiples referencias jocosas a los inverosímiles escándalos políticos de estos tiempos.
Resulta un disfrute ver la vis cómica de las actrices Maria José Parra y Asun Ayllón, que están estupendas, ver cómo ha manejado el material y le ha dado respiro la directora de Espe López junto a los asesores de dirección Miguel de Ángel y de dramaturgia Ery Nizar. Y... que me ha encantado, vamos. Pasé un rato estupendo, los setenta minutos que dura el espectáculo pasaron en un suspiro.
Resultado ovación, muchos espectadores en pie.
Un par de días después de la entrevista comentó Asun que no había nombrado a ciertas personas, por las malas cabezas y prisas vitales, somos todos humanos, no pasa nada. Y que sí se nombraban a todos y se agradecían en los programas de mano que se dieron en el Echegaray. Como no todos los lectores de Aforo Libre fueron a ver el espectáculo y no leyeron el papel, copio aquí y así todos felices.