16/01/2021. 38º Festival de Teatro Málaga. Teatro Echegaray
Texto: M.Carmen Sánchez Fotos: Promocionales TC
¿Qué espera el público que asiste a una obra escrita y representada por Alessandra García? La gran mayoría es fiel seguidor de la creadora y concurre al estreno entusiasmado, ansioso por ver su nueva provocación. Otra pequeña parte, suponemos que tuvo el privilegio de asistir por primera vez a una de sus obras alentada por ese boca a boca tan humano como acertado. Además, con ese título, ese cartel conciso… “¿qué se le habrá ocurrido esta vez?"
Escenario minimalista, color naranja. Entre los escasos elementos una pelota y un muñeco hinchable, una soga que caerá en su momento para que la artista suba por ella y, por supuesto, una cinta de correr. Ella nos espera ataviada con un chubasquero naranja que esconde el completo outfit de una choni, una merdellona malagueña. Y su nariz pintada de verde, homenajeando al clown. Empieza la función: una ARTISTA sola ante su público consiguiendo que no echemos de menos a ningún otro actor. ¿Cómo lo logra? Siendo ella y siendo, al mismo tiempo, los habitantes de su ciudad. Alessandra es un camaleón que adopta diferentes personalidades transformándose en décimas de segundo. Utiliza el cuerpo, los gestos, andares, voces y acentos. Los que tuvimos la fortuna de disfrutar su obra Chaquetera ya sabíamos de qué era capaz.
La cinta de correr donde se sube la “transporta” por las calles y avenidas de Málaga. Es una espectadora voraz de lo público y lo privado. Lo mira todo, también al espectador, provocándolo: “hacerte venir para que me mires”, te dice. Disecciona la ciudad a través de elementos que le sirven para elaborar una feroz crítica social. Por ejemplo, los autobuses son un microcosmos (no pude sentirme más reflejada): “un autobús lleno es pobreza” sentencia Alessandra García. Las populares franquicias de ropa, como Lefties, donde compra esa parte de la sociedad que no se da cuenta de que es pobre (“un pedazo de “desgraciá” ). Los toldos de los bloques de pisos le sirven para disertar acerca de las personas que copian, las que viven esperando la genialidad del otro. Los camareros, criados, nunca hacen huelga, representan al sector servicios del que vive esta ciudad. O el tema de los apodos, los motes que en la impersonalidad de algunos barrios se están extinguiendo…
Este crudo retrato de los barrios menos favorecidos de Málaga y sus gentes, tiene una intencionalidad: reivindicar la creatividad, el arte y la cultura: “Yo soy cultura”, decreta la artista “yo me como la cabeza para que tú pienses”. Y, efectivamente, lo consigue. No deja a nadie impasible en el teatro porque su mensaje es claro y la forma de mostrarlo es espectacular. La música, el juego de luces, el vestuario, los cambios de lugar y temática dentro del pequeño escenario, el humor inteligente. Su voz, sus timbres diferentes que pueden ser dulces o gritos de reclamo a nuestras conciencias. Todo es Alessandra García, actriz, creadora, gestora cultural, malagueña, ARTISTA.
El Teatro Echegaray estaba lleno, en su nueva acepción (una butaca libre entre espectador y espectador) .Pese a las imposiciones de nuevos horarios, la seguridad fue absoluta. Y la sensación era de confort, de estar rodeada por personas como tú, amantes del teatro, de la cultura, que desafían los obstáculos para vivir la experiencia segura de una función. Salí con las ganas de volver a ver este espectáculo, de contárselo a la gente. A la gente del barrio, a la gente de la ciudad, a la gente del mundo. Arte y crítica: para que tú pienses.
Interpretada, escrita y dirigida por Alessandra García
Asistente de Dirección: Violeta Niebla
Dramaturgia: Ramón Gázquez
Espacio lumínico: Azael Ferrer
Asistencia sonora: Luz Prado
Sonido: Bass Seismic
Espacio escénico: Beatriz Ros
Vestuario: Dela Delos
Asistente de movimiento: María Del Mar Suárez
Arte: Hugo Lugo
Diseño: Martín De Arriba
Regidora: Marta Howard
Producción Dos Bengalas
Con la colaboración del Contenedor Cultural de la UMA.