11/01/2022. 39 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Echegaray
Texto: Antonio Zafra | Fotografías: Promocionales de la compañía
Crónica de una función de Hilo Rojo, la del 11 de enero en el Teatro Echegaray dentro del 39 Festival de Teatro de Málaga.
Hablando con mi distribuidora de teatro sobre la vida y el teatro que son cosas distintas, a veces, salió a colación este espectáculo; y ya montando la entrevista que me mandó LaPili para esta revista… es que sentí inmensa curiosidad por verlo y pedí cubrir la crónica y aquí me veo escribiendo para ustedes. Adelantarles que esta crónica es un poco diferente. A veces ir al teatro supone que salgas con otra mirada, el poder de las emociones te transforma. Iba inmerso en mis asuntos y algo se me removió al ver Hilo Rojo que me hizo intentar, a lo mejor, hasta ser mejor persona. No es poco y dice mucho del trabajo de la compañía. No deja indiferente y remueve sentimientos.
¿Concierto? sí; ¿Teatro? sí…. y también teatro experimental, inmersivo, incluso Cabaré o Revista con hilo argumental… pero, no queremos definir lo que ya tiene nombre propio y es el sello que LaPili le pone a sus espectáculos. Mezcolanza que no dejará indiferente al espectador. En este experiencia, el técnico de la compañía tiene voz y opina y el guitarrista no solo toca su instrumento… y LaPili canta, interpreta y baila… El espectador y el artista están a un mismo nivel… tod@s envueltos en los senderos de la vida.
LaPili tiene un compromiso con el espectador y es hacerle vibrar y pasar por estados de ánimos contrapuestos.
El público será partícipe en un experimento social a tiempo real, fácil y sencillo, aunque conmovedor. Porque mirarse a los ojos durante una canción es solo cosa de valientes. ¿Tú lo eres?
Los párrafos anteriores en cursiva no son míos, están copiados de la página web de la compañía y los usa para describir el espectáculo. Pues con muchos interrogantes me acerco al Echegaray. El patio de butacas con tres tercios ocupados sobradamente, varios compañeros teatreros en el patio de butacas. LaPili y el técnico de luces (Rafael Bulé que es un trasunto del técnico malagueño Fran Burgos) están en escena durante la entrada de público y aguantan el tipo pacientemente mientras el público se va colocando. La escenografía como pueden ver en las fotos es muy sugestiva. Tras los, por esta vez y para mí, angustiosos avisos de comienzo del espectáculo en los que yo deseaba que ¡terminaran ya, por favor!; que los actores llevaban más de 20 minutos con la tortura de la espera. Pues entra el guitarrista, Tomás García, y comienza el espectáculo. Una hora de teatro, canciones y emociones que hacen poner al público en pie y motiva que LaPili añada unas palabras de agradecimiento antes de marcharse.
¿"Destripo" el espectáculo o no? ¿Doy pistas? ¿Desenmaraño el hilo? Pues no. Nada de eso voy a hacer. No tengo derecho si la compañía ha sido más sugestiva que explicita con la información que da del espectáculo. Solo voy a decir las impresiones que me causa: Disfruté mucho del espectáculo. Hubo risas, emoción, buena voz, escenografía y luces sugerentes, un guitarrista virtuoso que además canta. Como he dicho el técnico de luces hace también de actor y cómplice; son cómplices los tres, por supuesto. Es un espectáculo sobre el amor, la amistad y los lazos que nos unen.
Si quieren ir con alguna idea más pues busquen la leyenda del Hilo Rojo por ahí, vaya a ser que le pregunte alguien y si van a verlo, yo creo, pues... que de piedra será el que no le llegue ninguna canción, ningún texto, ningún pasaje. Es un espectáculo disfrutable de muchas maneras.
Y si es comedia, drama, espectáculo inmersivo… o cualquier etiqueta que le pueda interesar a otro del ámbito del teatro o de la crítica pues miren: ni lo he concluido ni me importa, es más, no voy a pensar más en ello.
Porque no importa. Mi tarea como cronista... pues no es tanta. Es un encargo para escribir algo subjetivo: no es una noticia, es un relato de lo que he presenciado y vivido y tampoco tengo que plantearme ninguna tesis doctoral sobre nada que vaya a ver. Saqué esta conclusión durante mi paseíto de vuelta para casa justo después de ver el espectáculo. Estaba debatiendo para mis adentros cómo enfrentar la crónica. Al pasar por la puerta de un comercio que estaba cerrando veo como una persona saca una bolsa grande, un saco de plastico, con barras de pan que, intuyo, no había alcanzado a vender ese comercio y las reparte con otra persona; los dos visiblemente molestos por la gente que, como yo, mirábamos lo que hacían.
¿Me ha gustado? Sí ¿Lo recomiendo? Sí. ¿Te debates porque no quieres contar mucho pero quieres contar algo? ¿Te quieres atrever a catalogar el trabajo ajeno? Pues vaya mierda de problema que tienes. ¿De qué vas? Estamos viviendo cosas muy gordas, para que andes pensando que tienes un problema por escribir una crónica. Se me aceleró el corazón tanto que dije: mira, voy a decir esto: que hay penurias más graves y preocupantes en el mundo que mi opinión y mi crónica, sobre todo porque el mensaje lo tengo claro: me gustó. Perdonen todos, compañía y teatro si esto les parece un despropósito, pero lo siento así. Quizás, seguro, que por salir del teatro despúes de ver un espectáculo con las sensibilidades a flor de piel me hizo vivir este incidente de esta manera y me hizo reflexionar, que es lo que pedía LaPili al despedirse. ¿Salí con otra sensibilidad de la que entré? Seguro. Y acabo.
Si ven programado Hilo Rojo y quieren pasar un buen rato y sentir con LaPili, Fran y Tomás vayan, que lo pasarán bien. Y vayan al Festival de Teatro de Málaga que les ayudará a evadirse de los problemas reales y de lo feo que se nos ha quedado el mundo. La programación es buena, me dice mi olfato, lo que leo y estoy viendo. Escojan y vayan, por favor. Y perdón de nuevo por no tener cuerpo para más.
Compañía LaPili
Autores LaPili y Rafael Bulé
Con LaPili, Tomás García y Rafael Bulé
Arreglos musicales Tomás García y LaPili
Dirección LaPili
1.00 h (s/i)
www.lapili.es