15/10/2015. Teatro Echegaray
Texto: Carlos Mesa | Fotos: Compañía
Tras representarse los fines de semana del pasado mes de abril en la Sala Joaquín Eléjar (Colectivo Cultural Maynake), Ángel vuelve con una única actuación al Teatro Echegaray.
Esta crítica se me ha hecho demasiado difícil escribirla, porque tengo una sensación amor/odio con esta obra. Entré en la sala con unas espectativas altas —demasiado quizá—, y se podría decir que acabó decepcionándome. La historia, aunque bien trabajada y con puntos de giros impresionantes, en ocasiones se me hacía monótona.
La dirección de Antonio Jesús González es correcta, aunque en algunos puntos había movimientos un tanto antinaturales. Los actores que componen el reparto son Pape Labraca, Rubén del Castillo —a los que he visto trabajar en diversas ocasiones y me parecen espectaculares— y Niloofer Khan, a la que no conocía pero me ha sorprendido gratamente y de la que quiero resaltar la interpretación magistral, sabiendo controlar los sentimientos de una manera excelente. Se podría definir con una sola palabra: brilló. En cambio, los chicos de Ángel se me quedaron un poco por detrás. No sé exactamente por qué pero no conseguí empatizar con ellos, y en momentos puntuales veía al personaje intermitente, sobre todo al comienzo de la obra.
El espacio escénico, a cargo de ArtiumCrea —Luis J. Barroso y Aurora Almécija— es un gran punto a favor de Ángel. Te sume de lleno en el marco narrativo con tan solo echarle un vistazo. Es, sin duda, una de las puestas en escena que gustan al espectador y que, de vez en cuando, entre tanto minimalismo —sobre todo en compañías pequeñas, por falta de recursos económicos— gusta ver.
Tengo que defender el lado bueno de la historia, que por algo he dicho al principio que tengo un conflicto amor/odio. Creo que, sobre todo, el giro final es completamente inesperado y deja al espectador con la lágrima en los ojos —o más bien fuera— y meditabundo cuando cae el telón. También son interesantes las historias que hay detrás de cada personaje, especialmente, como no, del personaje de Ángel, fotógrafo de guerra. A través de monólogos y diálogos nos va contando alguna de las historias que le ha tocado vivir a lo largo de su profesión.
"Ni pa’ ti, ni pa’ mí". Me quedo en un punto medio. O quizá me decanto por el lado positivo… O quizá debes ir tú para comprobarlo y decidir.
Texto y dirección: Antonio Jesús González
Actores: Pape Labraca, Niloofer Khan y Rubén del Castillo
Ayudante de dirección: Ibán Castro
Escenografía: Luis J. Barroso y Aurora Almécija
Música: Juan Zagalaz