28/11/2015. Teatro Echegaray.
Texto: José Antonio Triguero | Fotos: promocionales / TE
Este espectáculo viene con el premio a la mejor dirección en el XVIII Certamen Nacional de Teatro para directoras de escena de Torrejón de este año. Una obra con dos protagonistas. El primero es un profesional del dinero en tremenda crisis, que diría un cubano. Sin trabajo, abandonado por su mujer y, pobrecito, y como todos los males vienen juntos, una caída le daña la espalda. Y el segundo es un singular inmigrante empleado de hogar. Lo obra comienza cuando todo ha ocurrido ya entre los dos personajes, incluido el regalo de 40.000. euros que el primero hace al segundo para que abra un negocio farmacéutico en su país de orígen.
Así que nos enfrentamos a una reconstrucción para saber qué ha desencadenado esta situación. Con estos mimbres, las referencias socio económicas, la crisis y las posibles preguntas y repreguntas sobre el futuro incierto estaban cantadas. Podríamos decir que, en realidad, se busca una pequeña historia casera que justifique poner sobre el tapete cuestiones sobre la desigualdad y las relaciones sociales, cosas que por otro lado, la calle y los portavoces políticos y sociales llevan alertando desde hace mucho tiempo con el altavoz de la lucha política y social, y de los medios, hasta el punto de que parece que a día de hoy estamos todos de acuerdo de uno al otro extremo del espectro político, al menos en el diagnóstico.
Dado el texto, que brilla sobre todo en los diálogos, es fácil caer en filosofías a favor o encontrar de una cosa u otra, ejercicio que daría para muchas disquicisiones. Sin embargo si que hay ideas que dan jugo a lo teatral, como lo es la relación de dependencia de un personaje con otro frente a las interaccióones de poder o escala social entre ambos. En esa lectura que hacen los personajes de su relación están las mejores escenas, como aquellas donde se trasmutan uno en el otro en una especie de juego de rol que los actores resuelven con desenvoltura y gracia. Este cambio de papeles en el relato de la reconstrucción es escénicamente muy eficaz.
Los actores hacen un trabajo arduo, bien compensado por el contraste radical entre uno y otro personaje. Los tiempos de la ficción no son reales y viajan del pasado al presente, por lo que el relato se basa en su propia narración, algo que crea una dificultad añadida para la acción que siempre estará condicionada por lo narrado o explicado. Quien sufre menos esa presión es Lukas, el inmigrante, ya que su tendencia a la caricatura, el trasformismo y los cambios de personaje, el acento caricaturizado, su gestualidad y sus movimientos, son elementos a favor del juego teatral. En cambio el señor inversor egoísta y solidario, ataviado de desgracias y postrado en el sofá, es el que sostiene el relato de lo ocurrido y también las diferentes glosas y reflexiones que comparte con el cuidador y con los espectadores.
Los Lunes
Autor: Maria Goos
Intérpretes: Lino Ferreira y Juan Antonio Lumbreras
Dirección: Fefa Noia