05/02/2018. Camerino colectivo femenino. Teatro Cervantes. 35 Festival de Teatro de Málaga.,
Texto: M.Carmen Sánchez | Fotos: Elisabet González Muñoz
Ni los seguidores de la carismática Alessandra García, sabíamos exactamente qué nos deparaba la noche del 5 de febrero: era el 35º Festival de Teatro de Málaga, el Teatro Cervantes, sí, pero el escenario se trasladaría al camerino colectivo femenino… “¿Qué será Chaquetera?” era la pregunta común.
Se podría definir a la malagueña Alessandra García como actriz , gestora cultural, performer… Pero lo cierto es que es inclasificable. El arte contemporáneo, con su enorme magnitud, es su maestro e inspiración, por eso, Alessandra se sirve de cualquier herramienta para expresar su arte: la tecnología audiovisual más innovadora, las calles más desfavorecidas de la ciudad, ropas, museos… Su leitmotiv es el personaje y el espacio, por lo tanto, los escenarios tradicionales son insuficientes para plasmar su universo particular. La pudimos ver tanto en la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo de Málaga en una pieza escénica sobre Pável Filonov, como en El proceso de Kafka de Factoría Echegaray, en performances poéticas en Matadero Madrid o en videoclips como “Santa Inquisición”, rodado en calles nada glamurosas de la ciudad. Nuestro descubrimiento, fue como docente de performance a adolescentes (nos consta que más de uno quedó contagiado con el virus de la interpretación gracias a ella).
Con estas premisas, el primer turno como público/actuante para Chaquetera (24 personas), fue dividido en tres grupos, azul, amarillo y rojo. Tres espacios donde rotábamos para interactuar entre nosotros mismos: en una sala de espera mostrando nuestras expectativas, comentando acerca de los personajes; en un lugar con móviles donde se nos permitía mirar las fotos, escuchar los audios, leer los mensajes y hasta intervenir en ellos y, por último, en el propio camerino femenino donde Alessandra nos esperaba delante de diferentes estilos de chaquetas para interpretar al personaje que eligiéramos. Misterio, expectación, interactividad, risas, cotilleo. Un juego emocional que sacaba del público/actor su parte interior más voyeur y la evidencia de cómo nos encandilan las vidas ajenas
Chaquetera es puro teatro experimental, es provocación. La reacción del público funciona como autopedagogía. El acto final, en el camerino de nuevo, detrás de la actriz que se mira al espejo y nos obliga a hacerlo también, es toda una simbología de inversión de papeles: público/actor. Alessandra advierte que nos observa continuamente, sin misericordia. Porque cuando el público únicamente es espectador, es inmisericorde, espera el resbalón, la caída del actor. Tan importante es la implicación común, que todos los afortunados participantes del espectáculo continuamos la farsa en un grupo de whatsapp hasta el día siguiente, interactuando con los propios personajes de las chaquetas. ¡Genial!.
Pongan a una Alessandra García en su vida. Se desnudará íntimamente ante ustedes, improvisará, provocará, nunca les dejará indiferentes. La experimentación es su morada, la interpretación su maestría. Anoten su nombre porque va para diva.
Creación, textos e interpretación: Alessandra García
Dirección artística e instalación: Ernesto Artillo
Vídeo: Martín de Arriba
Producción: La Coronada con el apoyo de La Temporal
1:20h