19/12/2014. Villa Puchero Factory.
Autora: Rosa Parra | Fotos: Villa Puchero Factory y Marco Takashi (La identidad temporal de los protones)
Un teatro improvisado en la calle, pero con mucha preparación. Improvisado para los/as espectadores/as que previamente han citado por las redes. Se inicia en espacios públicos pero termina en espacios privados y particulares.
Existen en nuestra ciudad grupos de teatro que se buscan la vida de la forma que pueden, puesto que el acceso a los teatros oficiales se hace difícil cuando no imposible.
Ofertan su arte casi gratuitamente, ya que cobran la voluntad o un mínimo simbólico, sus ganas de transmitir y sus deseos de ejercer su profesión les lleva a regalar pequeñas obras de arte, de una gran calidad y muy cuidadas, tanto en interpretación, como en temática y profundidad de los diálogos. Se anuncian por las redes y se producen como un kedo, de una manera informal, lo que fomenta la espontaneidad del teatro y la vivencia de la sorpresa, pues en muchas ocasiones no sabes ni qué vas a ver…
Conejo Blanco es una de estas obras, que versa sobre un tema poco tratado en el teatro comercial: las enfermedades mentales. En este caso la esquizofrenia. La obra comenzó en la calle, concretamente en la plaza del jardín vertical y desde allí se fue acercando hasta llegar a Villa Puchero Factory, que es la casa-museo de Pedro J Okña, un espacio particular, que en realidad es uno de los espacios privados más conocidos de Málaga, en una bocacalle de Calle Carretería.
La iluminación y escenografía de la casa estaba cuidada al máximo para ocasionar en el público asistente la angustia y la claustrofobia que provoca este tipo de enfermedades en quienes las padecen. Tres personajes que son tres personalidades del mismo enfermo nos cuentan su lucha con la enfermedad y las dificultades para vivir dentro de una sociedad tan “normalizada”. Las interacciones entre estas tres personalidades mediante el trabajazo corporal que el trío de intérpretes (un actor y dos actrices) realiza en escena y un dialogo depurado y sintético que nos llevan al grano de la cuestión y nos incluyen en sus pensamientos y desdichas. Para ofrecer un final esperanzador y emotivo que nos emocionó a todos los presentes.
Destacar las interpretaciones, potentes, emotivas, concentradas a pesar de la proximidad con el auditorio: La flexibilidad y contorsionismo de Lula Mir, su capacidad para lograr que la persiguiéramos por las calles a la velocidad y con la intensidad que ella marcaba. El dominio de la escena de Mireia Pascual su expresividad corporal y verbal, su capacidad de conexión con la mirada. La pulcritud, distanciamiento y frialdad en el desenvolvimiento escénico de Angelo Nestore.
Agradecer la hospitalidad y generosidad de Pedro J Okña, que abre sus puertas desinteresadamente, por amor al arte.
Próximamente en VillaPuchero Factory:
Creación colectiva
Intérpretes: Mireia Pascual, Angelo Nestore, Lula Mir
Idea original: Pedro J Okña
Comentarios