Teatro Cánovas. 25/02/2012.
Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: José M. Cortés
Tras la estela de su novela La Peste, escrita justo el año anterior, Estado de Sitio (1948) viene a continuar con lo que supuso el “leitmotiv" de gran parte de la obra del Nobel francés: su profunda reflexión sobre la condición humana y su posición de conciencia sobre lo absurdo de dicha condición.
En esta fase de su vida atraviesa una época en la que Camus se encuentra ya de lleno inmerso en los círculos anarquistas y en plena lucha libertaria contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano. Su "Filosofía del absurdo".
En Estado de Sitio, Camus salta del existencialismo al nihilismo, y de aquí al escepticismo absoluto, amerizando después en la creencia de que la salida está en la solidaridad desde una libertad individual pero solidaria, así como en una vida de lucha personal pero también comunitaria. La vida como lucha contra los grandes males universales: el miedo, la tiranía, el exacerbamiento de pensamiento y expresión, la inanidad humana una vez reducidos a simples números, fantasmas impersonales; representados aquí por la peste, la muerte y el propio terror de las gentes, que se reproduce entre las masas de una manera imperceptible al principio, demoledora en su continuación y prácticamente anestesiante en su conclusión.
En la versión de Juan García Larrondo, dirigida por José Luis Castro, uno tiene la sensación al salir de haber asistido a un montaje al gusto del propio Camus, en el sentido de alcanzar el grado de "espectáculo total", en el que casi todos los recursos dramatúrgicos han sido trabajados hasta alcanzar una nota de altura.
Desde un vestuario completo y notablemente elegido, que recoge perfectamente las diferentes fases por las que pasa la acción, incluida la adaptación visual de una peste y una muerte con tendencias siderales. Esto, unido a un interesante trabajo de maquillaje, acerca al espectador y los introduce en la atmósfera recreada a lo largo de cada etapa de la dramaturgia.
La escenografía pro-activa, lejos de esas escenografías pasivas en las que uno tiene la impresión de que no puede ocurrir nada; ágil, resolutiva consiguiendo los efectos precisos de cada escena, facilitando los movimientos escénicos y las transiciones limpias, y silenciosas. Algo que el publico agradece enormemente. Si a una buena escenografía le añadimos su consecuente y adecuada iluminación la primera es notablemente reforzada. Lo mismo ocurre en el plano actoral, la interpretación se ve, y este es el caso, bien reforzada y respaldada. El elenco es de primera. Si a un grupo de actores de lujo para los primeros papeles le añades como "supuestos secundarios" a todo un plantel de actores y actrices que, en cualquier obra son y serán los principales sin ninguna duda, pues como que el nivel de la interpretación se eleva, dado que las replicas, pies, etc las están dando constantemente artistas del mismo nivel, sin apreciarse esos cambios de plano y nivel artístico que suelen ocurrir en algunos montajes en los que se busca un buen actor o actriz para los papeles principales y los demás se rellenan.
La banda sonora de Antonio Meliveo es muy buena y junto al trabajo coral y vocal consigue que el espectáculo adquiera una dimensión operística, dando la impresión de estar ante uno de esos musicales que tanto se echan de menos por estas tierras. Los movimientos escénicos, a modo de coros "Verdinianos", con esa apariencia al mas puro estilo de las grandes tragedias insuflan al espectáculo un aura de gran montaje épico, lo que unido a la excelente producción musical, con esa limpia y potente sonoridad, dotan a todo el montaje de un aire ciertamente cinematográfico. En este tipo de trabajos, Meliveo se crece.
En resumen: Acertada elección del elenco, buscando esa polivalencia para interpretar o cantar. Una parte técnica sobresaliente. Gran dirección y buena música... todo esto es igual a un gran trabajo.
de Albert Camus
Versión: Juan García Larrondo
Dirección: José Luis Castro
Elenco: José Pedro Carrión / Antonio Dechent + Juanma Lara + Esther Ortega + Luis Rallo + Celia Vioque + Luis Centeno + Lara Chaves + Nerea Cordero + Marta Escurín + Diego Falcón + Amparo Marín + Virginia Nölting + Javier Parra + FM Poika + Esther Pumar + Norberto Rizzo + Jorge Ruiz + Miguel Zurita
Música: Antonio Meliveo
Dirección Vocal: Julia Oliva
Escenografía: Giuliano Spinelli
Vestuario: Pedro Moreno
Iluminación: Miguel Ángel Camacho