14/01/2017. Teatro Cervantes. 34 Festival de Teatro de Málaga.
Texto: Cristina Gandarias |Fotos: Paco Esteban
Cuando el camino hacia la última luz blanca está guiado por una manía soportable de reírse de todo, la vejez se convierte en estado de ternura.Para aquellas personas que hemos tenido la suerte de disfrutar de nuestros abuelos y abuelas hasta los "taitantos" años esta obra les va a evocar con dulzura muchos momentos, que en su día, quizás no los vivieron con esa melosidad. Más bien, son situaciones dramáticas, intensas y crispantes, que al mirarlas a través del imaginario telescopio del tiempo, se difuminan y se tornan amables.
Frente a un lleno absoluto en el Teatro Cervantes comienza la historia de un final. El colofón de la vida de Andrés -magníficamente interpretado por Héctor Alterio- seguramente no es el que él esperaba, ni el que se habría podido imaginar, ni para el que ha trabajado toda su vida. Es algo sobrevenido, improvisado y tan inesperado que le ha pillado con el pijamas puesto.
Una vejez con tintes delirantes es como una partida de ajedrez. La ficha principal es él, Hector Alterio y su personaje, el padre. Eje principal de la obra y pieza clave para el resto de personajes que juegan en torno a él a la demencia senil. La fuerza y la proyección del señor Alterio en escena crean tanta luz que el resto de los personajes prácticamente pasan desapercibidos, o generan poco interés. Tan solo cumplen su función: sembrar locura, regarla con egoísmo y esperar a recoger el fruto.
El Padre es una obra con partes cómicas, dramáticas, conmovedoras y escalofriantes, lo que viene siendo, como la vida misma. Presenta situaciones contradictorias, donde no se sabe quien cuida a quien, quién es el cuerdo y quien el egoísta. Los chantajes emocionales tienen billete de iva y vuelta. Una representación en la que las sobrecogedoras voces de los delirios pueden provocar tantas risas como nudos en la garganta.
El Teatro entero en pie se rinde a la magistral actuación de Hector Alterio y le dedican unos minutos de intensos aplausos. A nadie se le escapa que el actor tiene 87 años, y lo que hace es interpretar su papel. La realidad de un casi nonagenario no tiene porque ser el principio del fin, pero sí el principio de saber reírse de todo, si es que todavía no ha empezado.
Reparto
Andrés, Hector Alterio - Ana, Ana Labordeta - Pedro, Luis Rallo - Hombre, Miguel Hermoso - Laura, Zaira Montes - Mujer, María González
Cuadro artístico Técnico
Autor, Florian Zeller
Música, Mariano Díaz
Diseño gráfico, David Sueiro - Fotografía, David Ruano - Escenografía, Scnik - Diseño de Escenografía e iluminación, Francisco Leal - Técnico de Iluminación, Ciru Cerdeiriña - Técnico de sonido, Arsenio Fernández - Jefe de producción, Raúl Fraile - Jefe Técnico, David P. Arnedo - Ayudante de Dirección, Jorge Torres - Ayudante de Producción, Marco García - Regidor Gerente, Leo Granulles - Productor, Jesús Cimarro - Maquinista, Juan Daniel Higuera - Vestuario, Juan Sebastián Domínguez - Sastra, Claudia Botero / Pura Fernández
Dirección y adaptación, José Carlos Plaza