Teatro Cervantes. 19/01/2013
Texto: Carmen Baquero | Fotos: Daniel Pérez / TC
Puedes pasarte, incluso puedes no llegar. Pero en el caso de El Espejo Negro y su nueva propuesta La Venganza de Don Mendo, las cartas fueron las perfectas para hacer de la partida todo un triunfo!!!
Dejando azares a un lado, aunque con algún que otro as en la manga, he de decir que si ayer el público al unísono se divirtió, aplaudió, emocionó y levantó al final del espectáculo fué porque nos encontramos con un trabajo impecable.
Las aventuras y desventuras del marqués de Cabra, noble caballero que merma su fortuna jugándosela a la siete y media con el Marqués de Moncada, para luego ser traicionado por su dama Magdalena del Jarama, con el Duque de Toro Don Pero.
Don Mendo, a lo Montecristo, es encarcelado, vilipendiado y liberado para transmutarse en el trovador que busca venganza.
Si a los hilarantes versos y al entramado de personajes del texto teatral de Muñoz Seca le añades los alter egos de gomaespuma que ha creado Angel Calvente y le sumas la vida que le insuflan el elenco de manipuladores y grandes actores del reparto, tienes como resultado una partida perfecta.
Este proyecto rondó por la mente de Calvente durante varios años hasta ver la luz este fin de semana en el teatro Cervantes dentro de la programación del Festival de Teatro de Málaga.
Y el resultado de este ambicioso proyecto de hacer por primera vez el texto de Muñoz Seca en títeres se resuelve como un acierto, en este caso no de siete y medio, que sería notable, sino de sobresaliente, y no me paso.
Sin perder la esencia, nos muestra un Espejo Negro un poco más amable, menos bizarro aunque sin renunciar a su personalísimo estilo. En el que Don Mendo sigue estando como una cabra, Magdalena resulta ser toda una cerda y Don Pero un cornudo que va de toro. Nos introducirá en esta historia un perro, pero no uno cualquiera, el del hortelano. Nos tropezaremos con carceleros muy peculiares, Moncada, mi adorado Rafalindo, Azofaifa y los Reyes, que siempre dan mucho juego, antaño y ahora.
La jugada, por tanto, ha salido redonda. Y lo digo porque no hay ningún fleco. Tanto el vestuario como la escenografía, tanto la música -la creada para la ocasión y la que ya habían creado otros antes- como las luces.
Especial mención quiero hacer a los que ponen en pie todo esto. A los actores que interpretan los personajes y los manipulan tan rápido que hacen de esta aventura un ejercicio de maestría. Mi más sincera enhorabuena a David García-Intriago, Noé Lifona, Monti Cruz, Susana Almahano y Susana Fernández.
La anuncian como una caricaura de tragedia para todos los públicos, a lo que yo añado, que eso significa que tengas la edad que tengas, no te la pierdas, porque no sé si terminarás sintiendo el corazón de astracán pero sí que te lo llevarás en carne viva.