03/01/2017. Teatro Echegaray.
Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: Promocionales / TE
Un Frankenstein de navidad en el Echegaray con bella factura, acertada dinámica escénica y brillante y cuidada adaptaciónEn ocasiones, los niños advierten detalles que los adultos no advertimos, se podría decir que operan en dimensiones diferentes, lo cual los capacita para apreciar aspectos que al resto nos pasan desapercibidas. Es una lástima, nos perdemos tantas cosas. Por eso a muchos adultos les parece que en un espectáculo infantil con cuatro tonterías, un chinchinpum y dos muñequitos se cumple. Qué lejos de la realidad y qué pena de adultos (yo les aconsejaría este Frankenstein, no soy un monstruo de Pata Teatro). Pero no seré yo quien me precie de ser capaz de emular a los impúberes, para esa tarea me armo de buenas razones. Y ninguna mejor que mi sobrino, a el no le engañan ni Los Chiripitifláuticos.
Acompañado así de un crítico a la altura de la circunstancias, nos dispusimos a disfrutar de Frankenstein, no soy un monstruo, una producción de Pata Teatro de bella factura, acertada dinámica escénica y brillante y cuidada adaptación del clásico de Mary Shelley.
Esta apuesta de Pata Teatro que ha acompañado a las fiestas de navidad en el Teatro Echegaray cuenta con una puesta en escena y escenografía que da respuesta muy acertadamente a todos los vericuetos y cambios de la historia. La narración se enhebra perfectamente y sin tregua produciendo una dinámica sin altibajos a la obra y la adaptación recoge los aspectos más relevantes de la novela de modo que la historia no sufre lagunas o saltos extraños.
Los actores son de sobresaliente, tanto Josemi Rodríguez como Carlos Cuadros se mecen perfectamente entre personajes y pasan de uno a otro sin solución de continuidad, con una naturalidad de muchos años de tablas, de modo que un simple cambio de atrezzo, un cambio en la impostura de la voz y en el gesto, consiguen en el público el enganche a los personajes. La solución a algún personaje, como la niña del lago, a través de un títere, resulta muy acertada pues acerca aun más al mundo infantil esta obra, sin duda para adultos desde siempre y encuadrada en el género del terror. La manipulación sobresale por la ternura y delicadeza con la que se trata a los personajes y la atención constante a los detalles.
Con una luminación a la altura y una música que consigue las ambientaciones precisas de la mano de un grande como es Jesús Durán, el espectáculo cuadra el círculo y consigue emocionar, divertir y que nadie salga indiferente Pata Teatro siempre consigue una salida de público animosa, positiva y satisfecha.
La respuesta de mi sobrino a mis indagaciones sobre el montaje fue: "ha estado genial. Al principio no me enteraba muy bien y chillaban mucho pero luego me ha encantado". Eso, entiendo es debido a que al calificar las obras como "para todos los públicos" a veces se olvida que de 0 a 2, o de 2 a 4 años no se tiene la misma facilidad de comprensión y que las cosas se perciben de modo distinto que de 5 a 9. Por eso al principio algunos peques se asustaron con el humo y los gritos y algunas madres comentaban a la salida que usaban un lenguaje muy complejo. Es por ello que en el Echegaray y en el Cervantes deberían, a mi juicio, afinar un poco más en la calificación de los espectáculos para evitar ese tipo de pequeñas máculas, muy habituales en los infantiles, lo que por otra parte no afectó a la brillantez de éste redondo y trabajado Frankenstein, no soy un monstruo, ni por supuesto a su calidad sobrada.
Ya saben, si ven anunciada una obra rubricada por Pata Teatro, no lo duden y no se la pierdan.
Teatro de actores y títeres
Para todos los públicos
1.00 h.
Adaptación y dirección Macarena Pérez Bravo y Josemi Rodríguez sobre el original de Mary Shelley
Intérpretes Josemi Rodríguez y Carlos Cuadros
Música Jesús Durán