27/04/2022. Factoría Echegaray. Teatro Echegaray
Texto: Elisabet González | Fotos: Promocionales / TE
Heart-Shaped Box, una obra sobre la capacidad de perdonar y sobre las opciones del ser humano para elegir entre la vida y la muerte.
El Teatro Echegaray presentó esta semana el último lanzamiento de su factoría. Aunque el teatro estaba algo vacío en la tarde del miércoles, un día después del estreno, los espectadores disfrutamos de una obra atractiva. Los estrenos de factoría siempre despiertan cierta expectación y visitantes altamente críticos. En esta ocasión, el título de una canción de Nirvana da nombre a la obra, Heart-shaped box, caja con forma de corazón. Y si, lo que hubo fue mucho corazón.
Heart-Shaped Box es una obra que habla del perdón y del miedo a no saber perdonar. La historia lleva a los personajes a enfrentarse a su capacidad de comunicación. Porque la comunicación es esencial y la base de todo perdón. La historia se centra en la vida de dos hermanos que se reencuentran en Ruanda, para echar las cenizas de su padre en un lago, como su última voluntad. Pero eso es solo el principio o un final, quizás, ya que ellos se enfrentan a ese hecho arrastrando una gran herida. Herida causada por la no comprensión, por no haber sabido perdonar. Para perdonar tiene que haber empatía, la capacidad de ponerse en la piel del otro. El otro en esta historia es el padre de los dos hermanos, un médico que vivió y logró escapar de la matanza en 1994 entre hutus y tutsis. El padre huye de la batalla de sus hijos para enfrentarse a otra batalla fraternal, más cruenta, más salvaje y totalmente innecesaria. Los hijos nunca entendieron los actos del padre y lo que es más importante, efectivamente nunca le perdonaron. Aún después de cumplir su última voluntad, no quisieron comprender. Como dice el progragonista, 'El perdón es una locura inadmisible'. Quizás sea mayor locura no entender el perdón.
En la obra aparecen otros personajes: un inmigrante que hace amistad con uno de los hermanos. Por momentos ese sujeto representa una luz, una salida y a la vez una voz ahogada. Un locutor, una voz en off, nos narra otra visión de la historia. Con su capacidad y uso de la palabra se cree capaz de cambiar el mundo. Y finalmente aparece Kurt Cobain, sí, el desaparecido cantante de Nirvana que allá por el año 94 se quitaba la vida en su casa de Seattle. Aparece una comparativa entre dos hechos tangencialmente opuestos, o quizás no tan distintos. El hecho de quitarse la vida y el hecho de quitársela a otro ser humano. ¿Qué noticia es más importante, que se quite la vida una persona famosa del primer mundo o que se maten entre ellos miles de personas del llamado tercer mundo? La historia pone estos dos hechos en comparación, pero ambos tienen la máxima importancia en sí mismos. ¿Tuvieron ambos una cobertura mediática acorde? ¿Acorde con qué, con la vida de un ser humano? Todas valen lo mismo.
Los cuatro actores hicieron un trabajo notable. Transmitieron el dolor, las dudas y en algunos momentos faltó algo de comunicación entre ellos. Quizás es lo que el director de la obra pretendía contagiar al público, la incapacidad de relacionarse con el otro. El texto, inmejorable. No hay una frase sin intención, cada palabra está cuidada al milímetro para hacerte pensar y sentir. Llega hondo. Una puesta en escena con luces y sombras y una pantalla donde por momentos se pone el foco a lo importante, hacen el resto para que salga una obra redonda e interesante.
Heart-Shaped Box, para quién no lo sepa, es la última canción que cantó Kurt Cobain en su último concierto en Múnich antes de suicidarse. Y esta canción, que pone título a la obra, es un regalo en forma de corazón. Una historia sobre la vida y la muerte, las dos caras de la misma moneda. Una obra para disfrutar y para pensar. Y por si fuera poco, con una sorpresa final, que da un poco de aliento y sentido a todo. No se la pierdan.
Texto de Francisco Javier Suárez
Dirección Cristian Alcaraz
Interpretación Juan Antonio Hidalgo, Andrés Suárez, Raquel Cruz y Ricardo Truchado
Asistencia de dirección Carmen Vega
Iluminación y técnica Visuales Tama
Visuales Tiquismiquis.club
Diseño de escenografía y vestuario Cristian Alcaraz