13/01/17. Teatro Echegaray. 34 Festival de Teatro de Málaga
Texto: Carmen Titos | Fotos: Promocionales / TE
Himmelweb (Camino del cielo) es una de las piezas más representadas internacionalmente de Juan Mayorga, Premio Nacional de Literatura Dramática 2013 y uno de los principales renovadores del teatro español contemporáneo.
En Himmelweg (Camino del cielo) se reflexiona sobre la propaganda y la manipulación a través de una historia real ocurrida en un campo de concentración nazi cuyas condiciones de vida fueron consideradas "buenas" tras ser visitado por miembros de Cruz Roja.
La obra abre con el documento audiovisual proyectado en la oficina del comandante y el diálogo de la agente de la Cruz Roja en el momento que sucedieron los hechos (actriz corpórea) establecido con su yo del presente (actriz audiovisual).
Las declaraciones de esta representante de la Cruz Roja -Patricia Mendoza- que visitó el campo de concentración muestran la contradicción moral existente entre la ejecución de un trabajo correcto y las dudas morales que se despiertan en su raciocinio y opta por solapar. Así, firma que las condiciones que encontró en el campo fueron "dignas" aunque aquello no era "el paraíso" pero mantiene en su informe que "aunque hubiera escrito otra cosa, nada hubiera cambiado".
Después de esta introducción, la preponderancia de la agente desaparece de escena para dar lugar al descubrimiento de la figura sublime del comandante dramaturgo, Raimon Molins. En un ejercicio de metateatro (como el que ya se vio en la obra de Mayorga El chico de la última fila, que llevada al cine dio a François Ozon la Concha de Oro) el comandante, amante de Aristóteles, Shakespeare, Corneille y Calderón, deja ver su sensibilidad y, una vez más, sus aristas y contradicciones en una dualidad entre el ser humano con amplias inquietudes culturales y el verdugo implacable que ejecuta una misión.
El vínculo entre los nazis y el pueblo judío, el llamado 'traductor psicológico', que enlaza las necesidades uno y otro bando, es un joven asustado y competente -Guillem Gefaell- que, como tercer miembro del tridente de actores, refleja con el mismo talento los recovecos del alma humana y su necesidad de adaptación al medio hostil para sobrevivir.
Las reflexiones sobre el ejercicio escénico por parte del comandante ("si un nudo es muy complejo el ojo lo percibe como complicado y se desinteresa") son puro deleite, y aderezadas con la soberbia interpretación aportan el humor delicado a un asunto sórdido sobre el que los chistes han sido y serán siempre negros.
Los títeres son aquellos habitantes del campo de concentración que van a orquestar la puesta en escena, los actores los manejan desembocando en una anagnórisis gradualmente reveladora. En el camino, los registros de los tres actores ascienden a niveles de electrizante perfección.
La metaescena, el Bienvenido Mister Marshal más sórdido y macabro, nos trae un tema atemporal: el abismo y desesperanza que domina los espacios donde se carece de libertad y la penumbra existente cuando el miedo y el poder reina en las relaciones humanas.
Un trabajo brillante para una reflexión constante.
Himmelweg. Camino del cielo
Compañía Sala Atrium
De Juan Mayorga
Con Patricia Mendoza, Raimon Molins y Guillem Gefaell
Dirección Raimon Molins
1.30 h. (s/i)