21/01/2015. Teatro Echegaray. XXXII Festival de Teatro de Málaga.
Texto: José A Triguero | Fotos: Promocionales / TE
Con mas de media entrada, el Teatro Echegaray estaba preparado para un catch de impro, un formato reducido de un match de impro.
Quizás por la falta de espectadores en las gradas, el espectáculo pareció desde el principio chillón y estridente. Con una presentación larguísima. Todo hacía presagiar la omnipresencia del presentador. Aún así, y sin ser una actuación brillante, sí que dejaron patente las potencialidades de este tipo de shows para disparar la creación automática de los actores.
Enseñan también, y a la vista, que las emociones son estados físicos y, en general, sirven para pensar en la naturaleza del hecho teatral, una actividad que se hace entre personas. A la vez está lleno de paradojas y de posibilidades toscas como el poder ridiculizante de situaciones, personas, el propio teatro o la danza, el cine o lo que se ponga por delante, amén de servir para reírse de uno mismo.
Una cena de navidad, un musical, una palabra, un argot, un lugar... todo se puede improvisar, todo se puede achatar o alargar, deformar, situar... Pero se ve la necesidad de más trabajo físico, de más acción y de más ritmo para aspirar a algo más que provocar la risa mediante el diálogo y el chiste o la ocurrencia.
Hay exceso de verbo, falta de atmósferas y sugerencias sin palabras. Y hay cierta monotonía fruto de lo mecanizado que tienen todo, falta frescura en las partes preparadas. Y en las impros, para colaborar con la falta de tensión, la mayoría con ausencia de final.
De manera que la más pequeña acción alivia el peso, ya fuera hacer el pino. El peso de la farsa plana que ofrece pocos y medidos registros.
Las patrañas efímeras del Manifiesto Corten de Impromadrid Teatro en el Echegaray
Basado en un concepto de Théâtre Inédit
Improvisadores Ignacio Soriano e Ignacio López
Presentadores Jorge Rueda y Tatiana de Sarabia
Dirección Jorge Rueda e Impromadrid Teatro
duración 1.30 h