Viernes 09/12/2016. Teatro Cervantes
Texto: Elisabet González / Fotos: Promocionales /TC
Incendios es una obra de amor en mayúsculas. Y cualquier de los espectadores que estuvo en el Teatro Cervantes el pasado viernes, pudo sentir ese amor, que se extendió por todos los rincones del lugar. Incendios es también una obra de odio y dolor. El dolor de una madre, el dolor de unos hijos, el dolor de un pueblo entero. El teatro al completo se entregó a la historia de Nawal Marwan. El punto de partida es sabido: un testamento, dos hijos y un notario que es a la vez juez y parte. Las peticiones de una madre muerta a sus dos hijos despiertan la caja de Pandora de la infancia, pero la infancia es un cuchillo clavado en la garganta.
El texto de Wajdi Mouawad no deja indiferente, mas bien remueve por dentro. Es una historia desgarradora, inconcebible por los hechos que narra y a la vez posible por las personas, el tiempo y el lugar. Podría ser la historia de tantas y tantas mujeres en países en guerra. De hecho, en toda la obra, no se nombra ningún país, pero se reconocen tintes autobiográficos del autor, nacido en el Líbano. Mouawad cuenta la historia de una mujer que sufre mucho dolor, de unos hijos desconcertados, de un amor incomprendido pero sobre todo de tantos y tantos seres anónimos e inocentes que mueren a manos de eso que llamamos...la guerra.
La adaptación de Mario Gas es sorprendente, inteligente y emotiva, llevando a los personajes y al público al límite de los sentimientos. Un único espacio se transforma en un hogar o en una cárcel, a través de un juego de luces enigmático y unas imágenes muy escogidas, proyectadas en una pared de piedra. La forma en que el director realiza los cambios de tiempo y lugar es igualmente llamativa. El presente y el pasado suceden en la misma escena de forma rápida e intensa, y el espectador no hace más que impregnarse de unos personajes atemporales: lo que fueron, lo que son y en lo que se convertirán. Se producen paralelismos en las diferentes historias, unidas por un hilo de sangre. La que fue la búsqueda de Nawal es la búsqueda actual de sus dos hijos, Simón y Jeanne. Juegos de palabras y un ritmo vibrante fluyen en un escenario único y especial.
A dicho espectáculo solo le falta un ingrediente más para el triunfo absoluto y no podían quedarse atrás unos actores que llenaron una escena de forma realmente impecable. Del primero al último. Es imposible no destacar la fuerte presencia de Doña Nuria Espert, que cuando aparece, el Teatro enmudece hasta límites insospechados. Los más de cincuenta años que la actriz lleva en los escenarios, los premios, las eternas ovaciones y reconocimientos se quedan cortos cuando aparece para ofrecer un derroche de talento y emoción a partes iguales. La gran dama del teatro se rodea de un grupo de actores jóvenes aunque expertos en el arte de actuar. El elegante y prolífico Ramón Barea es el complemento perfecto. Una Nawal joven encarnada qa la perfección por Laia Marull, que lleva al personaje a unos límites de emoción incontrolables. Los hijos, interpretados por Carlota Olcina y Álex García, son los protagonistas accidentales de la historia de su madre. Los actores representan magistralmente el verdadero hilo conductor de la tragedia. Edu Soto en el papel de cómico atroz, da un toque humorístico, horrible y cínico a partes iguales, el cual transmite una soledad indescriptible. Lucía Barrado y Alberto Iglesias cierran un elenco completo, representando al resto de personajes necesarios e imprescindibles para contar la historia de Nawal.
La escena final, que no voy a relatar, nos lleva de nuevo a una idea central de la obra: ahora que estamos juntos, todo va mejor. Abatidos pero juntos. "El silencio siempre llega después de la verdad", dice la protagonista. Y la verdad de esta producción es clara y contundente, precisa y sencilla. Después de ella, solo queda verdadera reflexión y silencio, mucho silencio.
Wajdi Mouawad
Dirección: Mario Gas
REPARTO
(por orden de aparición)
Ramón Barea - Hermile Lebel, El Médico, Abdessamad, Malak
Álex García - Simon y El guía
Carlota Olcina - Jeanne
Alberto Iglesias - Ralph, Antoine, Miliciano, El conserje, El hombre, Chamseddine
Laia Marull - Nawal joven
Edu Soto - Wahab, Nihad
Nuria Espert - Jihane, Nazira, Nawal
Lucía Barrado - Elhame, Sawda
FICHA ARTÍSTICA
Traductor: Eladio de Pablo
Escenografía: Carl Fillion
Escenógrafa asociada: Anna Tusell
Vestuario: Antonio Belart
Videoescena: Álvaro Luna
Espacio sonoro: Orestes Gas
Iluminación: Felipe Ramos
Fotografía: Ros Ribas
Ayudante vestuario: Cristina Martínez
Ayudante de dirección: Montse Tixé
Regidora: Eloísa Díaz
Realización de escenografía: Mambo Decorados
Realización de vestuario: Sastrería Cornejo
Realización de atrezzo: Luis Rosillo
Productores delegados: Paco Pena y Alicia Moreno
Gerente Ysarca: Elisa Ibarrola
Subdirectora Ysarca: Pilar Garcia de Yzaguirre
Producción ejecutiva: Pilar de Yzaguirre / YSARCA S.L
Agradecimientos: Miriam Cano y Lucía Urquía