Ene 23 2014

31 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Cervantes. Julio Cesar. Festival de Teatro Clásico de Mérida. Teatro Circo Murcia y Metaproducciones.15/01/14. 21h. 31 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Cervantes.

Una tribuna trucada

Texto: José Antonio Triguero | Fotos: Daniel Pérez / TC

Fui a ver Julio César con ganas de "romaneo" para disfrutar y oír las palabras de Shakespeare. Antes de entrar, fui a buscar mis invitaciones para lo que tuve que subir una escalera, firmar en el libro de registro, coger las invitaciones y volver a bajarlas, cosa que no me apetecía mucho, y en eso que me encuentro con una amiga que hacia tiempo que no veía, así que mientras nos poníamos al día fuimos hacia la entrada del teatro que ya predecía un lleno importante. Tuve tiempo de saludar a mi querido profesor Oscar Romero y encontrarme con algunos compañeros en la puerta, todos teníamos ganas del bardo.

31 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Cervantes. Julio Cesar. Festival de Teatro Clásico de Mérida. Teatro Circo Murcia y Metaproducciones.Vi la representación con un gran colaborador y amigo y veíamos con cierto aburrimiento como las espectativas quedaban en nada porque gritaban mucho y, o no se movían o se movían todos a las vez y sin mucho sentido. Cuando terminó la representación salimos fuera y nos perdimos por las calles, mi amiga y yo. Ella, más sabía y menos ignorante que yo, resumía: Es que la obra no está hecha con corazón. Le falta verdad. Y pensé ¿cuántas cosas hacemos así?

Por los egos, necesarios y encantadores en un actor, pero que deben ser controlados para que el espectador se olvide del yo del intérprete cuando en escena ocurre algo. Aquí eso no se huele: cuando ocurren cosas, los actores siguen poniendo el rostro sin dejar la pose o el engolamiento, sin encarar la verdad de la escena, el ahora. Desde un Julio César omnipresente y previsible a los juegos corales con las sillas o en el patio de butacas, a la misma puesta en escena, asistimos a algo que se repite quizás demasiado en los escenarios: un grupo de actores soltando texto declamado y exhibiéndose, pero a la búsqueda de refugio en mal dispuestos objetos de escena, que bien podrían no estar, pues no son suficientes para disimular la falta de acierto.

Pienso que si el actor deja de lado lo que el texto esta diciendo y se deja de lado a si mismo como la persona que es, el resultado es una calcomanía. Hay a quien las calcomanías le emocionan. Y es que todos necesitamos sentir emociones. Pero por encima de esto, en lugar de trucos, el teatro necesita verdad, o por lo menos buscarla. Es decir, echarle a la cosa corazón, o sea, coraje.

¡No vale sólo con representar una obra llena de trucos y aplausos fáciles, sino que hay que elegir un Shakespeare! No sólo es cuestión de ocupar una tribuna conveniente o inmerecida, hay que procurarse vía libre para mirarse en el reflejo del agua y quedar, como Narciso, en la más frustrante inopia. Y lo consiguen, vaya si lo consiguen. Ni frío ni calor.

31 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Cervantes. Julio Cesar. Festival de Teatro Clásico de Mérida. Teatro Circo Murcia y Metaproducciones.


Julio Cesar

Festival de Teatro Clásico de Mérida, Teatro Circo Murcia y Metaproducciones

De William Shakespeare
Traducción Ángel-Luis Pujante
Versión y dirección Paco Azorín
Con Mario Gas, Sergio Peris-Mencheta, Tristán Ulloa, José Luis Alcobendas, Agus Ruiz, Pau Cólera, Carlos Martos y Pedro Chamizo

Duración aprox. 01.35h.


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