19/01/2017. Teatro Echegaray. 34º Festival de Teatro de Málaga.
Texto: M. Carmen Sánchez Torres | Fotos: Promocionales
Es una suerte vivir en una ciudad que celebre su 34º Festival de Teatro porque podemos disfrutar de los mejores espectáculos y compañías sin tener que viajar. Esta edición nos ha acercado a Málaga la compañía Tribueñe, “tribu que defiende la letra eñe,” que posee su propio teatro en Madrid, para ofrecernos su particular versión de La casa de Bernarda Alba y La mirada de Eros.
Absolutamente, sí. Porque el genio granadino en esta obra póstuma de 1936, hablaba de clasismo social (“cada clase tiene que hacer lo suyo” afirma Bernarda), de represión sexual, de las apariencias, del dinero, de la desventaja de nacer mujer (“nacer mujer es el peor castigo”), de la religión y, especialmente, del poder y la opresión. ¿Les suena?.
Bernarda, o la actriz Carmen Rodríguez de la Pica, enviuda por segunda vez y ordena un riguroso luto de 8 años a sus cinco hijas. Estas mujeres junto a la abuela demente y dos criadas conforman el universo del último drama lorquiano en la casa/prisión de un pueblo andaluz. La única figura masculina, es el fantasma de Pepe el Romano que ronda a la hija mayor por ser la heredera pero mantiene relaciones con la pequeña. No obstante, un argumento someramente descrito, nunca plasmará la fuerza, el simbolismo y la poesía que derrocha esta obra de arte. Deben admirarla en las tablas.
La dirección de Teatro Tribueñe es un binomio: Hugo Pérez de la Pica, creador inclasificable y artista total: poeta, figurinista, artista plástico, investigador de canciones populares españolas que escucharemos en la obra, responsable incluso de la escenografía tan original y del vestuario. Y la actriz y directora rusa Irina Kouberskaya, responsable de esa original mirada extranjera sobre el que considera su maestro espiritual, Federico García Lorca. Su proyecto es de tan alta calidad que recibieron el Premio Ojo Crítico de RNE en la categoría de Teatro por “su compromiso con un modo especial de concebir y de materializar el hecho teatral, al tiempo que investiga nuevos lenguajes escénicos, alternando textos ya consagrados con los de autores por descubrir”.
Irina Kouberskaya ha traducido al ruso no solo a Lorca, también a Valle-Inclán. Y los ha representado en Rusia con un éxito total. Alguna de estas adaptaciones ha llegado a estar en cartel 6 años en San Petersburgo. Tanto Hugo Pérez como Irina descubrieron que “las palabras de Federico estaban enamoradas unas de otras” y no dudaron en adaptar La casa de Bernarda Alba al espíritu de Tribueñe que es la búsqueda de obras muy vivas. Irina afirma que “el director debe ser muy humilde con Lorca”.
Tomando toda esta referencia sobre la compañía madrileña, no fue extraño que el Teatro Echegaray estuviera completo de un público variopinto compuesto tanto por jóvenes alternativos deseosos de ser sorprendidos por la apuesta novedosa y aquellos que desde hace mucho son fieles seguidores de Lorca. Ya sentados esperando el comienzo de la representación pudimos observar el escenario con los decorados. Cinco grandes cuadros con santos colgaban del techo, como figuras de El Greco, oscuras, rojas. La iconografía religiosa y, concretamente, la de la Semana Santa será un hilo conductor en el drama: las actrices marchan como en procesión y la música es de procesión, llegan a asemejarse a costaleras que alzan a la virgen, que en una escena es la abuela loca y en otra es la propia Bernarda. Recuerdan a nazarenos en su andar. Los elementos de principios del siglo XX están presentes en la ropa, en los utensilios de la vida cotidiana pero también en la música que era la misma que el dramaturgo granadino escuchaba a lo largo de su vida. Nada deja impasible al espectador en estas 2 horas y cuarto, tiempo un tanto excesivo pero necesario para componer este documental fotográfico donde se rompe con el naturalismo a favor de lo simbólico.
La larga ovación del público, puso punto y final a una Casa de Bernarda Alba rompedora y sngular. A mi juicio, esa creatividad está ligada a la visión foránea de su directora. Es el secreto de su originalidad.
de Federico García Lorca
Dirección: Irina Kouberskaya y Hugo Pérez de la Pica
Reparto: Carmen Rodríguez, Chelo Vivares, Badia Albayati, Natalia de Azcárate, Nereida San Martín, Alejandra Navarro, Inma Barrionuevo, Matilde Juárez, Catalina de Acárate, Rocío Osuna, Irene Polo, Marina Valverde, Mª Luisa García Budí, Enriqueta Sancho.
Escenografía y vestuario: Hugo Pérez de la Pica
Duración: 2 horas y cuarto.
Premios:
XVI Certamen Nacional de Teatro Garnacha, La Rioja: Premio Mejor Espectáculo - Premio Mejor Dirección - Premio Mejor Montaje Teatral
XXXII Festival de Teatro Ciudad de Palencia: Premio Mejor Dirección
Festival Internacional de Teatro Butrinti 2000, Albania : Mejor Espectáculo - Mejor Compañía Teatral