01/07/2024. La Cochera Cabaret.
Texto: Rosa Parra | Fotos: Espacio La Amarilla
Una adaptación propia, versionando a su manera creativa la inmortal obra de FedericoEn La Cochera Cabaret el domingo 1 de julio se desarrolló una representación de La casa de Bernarda Alba. Una revisión más del clásico de Lorca, nuestro autor más internacional. Esta vez bajo la dirección de Fran Camacho y Julia Coca, que han realizado una adaptación propia, versionando a su manera creativa la inmortal obra de Federico.
Considero que Lorca era un artista tan creativo y original que cualquiera de sus obras se pueden representar de diferentes formas debido a la calidad de su imaginario colectivo y a la receptividad con que los temas que trata calan en el público. Ser tan artista hace que las versiones de su obra se multipliquen porque deja siempre una vía libre a la imaginación del lector o del espectador en caso de que la obra en cuestión sea una pieza teatral como es el caso. Escribió mucho teatro y de una forma tan simbólica como libre de prejuicios. Esa característica tan acusada en su estilo escritor propicia que las compañías de teatro revisen sus escritos intentando dar una vuelta de tuerca a lo que ya de por sí es intrincado. La cantidad de metáforas, el lenguaje críptico y la expresión poética de los textos lorquianos que sin ser poesía propiamente dicha se caracterizan por un componente sonoro muy potente, que diseña la capacidad de crear imágenes en nuestra mente y de relacionarlas de forma inconsciente, que enlaza como he dicho antes con el inconsciente colectivo y el imaginario popular establecido, pero también con la imaginación individual y única de cada lector. En el caso de las representaciones el espectador se suele ver un poco manipulado por la versión que haga el director/a de la obra, pero siempre hay que dejar espacio a su mente consciente e inconsciente para que la persona termine de elaborar su propia transcripción.
En esta ocasión, el director Fran Camacho y la ayudante de dirección, Julia Coca, han creado su mundo propio de la casa de Bernarda, con una disposición escénica muy lineal, supongo que debido más a la disposición del espacio con que contaban en la Cochera que por su propia voluntad creativa. Ha dejado el texto lorquiano intacto, pero se ha permitido licencias en cuanto a la configuración de los personajes, a los cuales ha cambiado de género e incluso de nacionalidad.
También ha introducido un elemento musical con una interprete femenina, Alba de la Merced, que ha cantado el pensamiento de Adela, la hija menor de Bernarda y la más rebelde de ellas, convirtiéndose en su alter rego. El texto de las canciones que interpreta, que más que canciones yo lo definiría como un canto con pausas intermitentes mientras que hablan los otros personajes, pero que genera una continuidad del discurso, que expresa de manera poética y fuera del texto original, los sentimientos y los pensamientos de Adela. Con voz en directo, música original y movimientos escénicos propios, imagino que creados por ambos directores.
Alba de la Merced cantante emergente malagueña, hace una excelente interpretación cantada de las letras que expresan los pensamientos más secretos de Adela, con una profundidad y una sensibilidad que te pone la carne de gallina. Su voz se convierte en un personaje más de la casa y su canto final bailando con Adela, deja al auditorio con las lágrimas bailándoles en los ojos al compás de la danza de ellos dos.
Otra novedad es que Bernarda es interpretada por una persona de nacionalidad alemana, con un marcado acento alemán que crea en la atmósfera una sensación de honda dictadura, de fría agresividad y de contundente dominación. El director ha sabido diseñar un movimiento escénico que suple muchas veces a las palabras o acentúa los que estas quieren decir cuando se pronuncian, a pesar del déficit de espacio real de las tablas de la Cochera. El que haya dos Poncias, también ha supuesto una novedad pues ha dividido a la Poncia única original en dos personas que reflejan cada una de ellas las dos cara de esta criada vieja y experimentada en el arte de servir a la dominante Bernarda, conocer los secretos de la casa mejor que ella y a sus hijas como la palma de la mano. Una Poncia es la diligente y sumisa, la que le baila el agua a Bernarda para poder ejercer en la casa y beneficiarse de ello. La otra Poncia es la manipuladora, calculadora y despreciadora del clan familiar al que sirve sin apenas compensaciones económicas ni afectivas.
En general es muy positivo que existan en Málaga salas alternativas como La Cochera Cabaret donde se pueda ver todo tipo de representaciones y conciertos fuera de la órbita oficial, que hagan posible que compañías que están empezando puedan expresar su arte. O bandas o cantantes noveles puedan darse a conocer. Positivo y digno de alabanza puesto que estos espacios culturales son muy caros de mantener y difíciles de gestionar debido a la falta de ayudas públicas.
A grosso modo y con algunos aspectos a mejorar, esta compañía Espacio La Amarilla compuesta por estudiantes de teatro que aún no han entrado en el circuito profesional, pero que ya no se les puede llamar aficionados, por calidad y por intención profesional, tiene el suficientemente oficio como para encarar una obra tan compleja y superarlo con nota.
Espacio La Amarilla
Adela – Antonio Moncada
Martirio – Cristina Ochando
María Jose – Cristóbal Quintana
Amelia – Miriam Carrera
Poncia 1 – Loles Vega
Poncia 2 – Lucía Blein
Magdalena – Sandra Romero
Angustias – Sara Vallejo
Bernarda Alba: Bernadett Hajdú
Criada-Carmen Núñez
Cantante- Alba LaMerced
Dirección – Fran Camacho
Ayudante de dirección – Julia Coca