17/06/2016. Teatro Echegaray.
Texto: Alberto Medina | Fotos: Promocionales / TE
La vida de Lola La Gibraltareña, Elisa Matilla, transcurre en pleno Campo de Gibraltar, una entrañable prostituta que tuvo que dedicarse al sexo de pago después que su padre abandonara a la familia coincidiendo con el cierre de la verja de Gibraltar. El autor y director Juan Luis Iborra, en una obra tragicómica en toda regla, recupera los recuerdos de su familia sobre Gibraltar cuando la verja de Gibraltar cerró y miles de familias perdieron sus trabajos. Aquello siempre me ha llamado mucho la atención... y casi no se ha escrito nada al respecto.
La época en la que se cerró la frontera fue muy oscura, un muro en este país para muchas familias decía Iborra con motivo del estreno de la obra en el teatro Zorrilla de Valladolid. Los yankees de Rota, el matrimonio de Lennon y Yoko Ono, el contrabando, la depresión económica en el Campo de Gibraltar, son algunos temas que se desgranan con gran arte y dominio del escenario por Elisa Matilla.
No resulta fácil hablar de la interpretación de Elisa Matilla, parece que no se alcanza vocabulario para describir el tiovivo emocional que consigue transmitir al público encima del escenario. Tras participar en cine y televisión comenzó a trabajar en varias producciones teatrales y es en Gibraltareña donde nos encontramos con un personaje sin artificios, que con la naturalidad andaluza, transmuta sus emociones en historias casi surrealistas. La sevillana domina todo el escenario, una sencilla habitación de hospital adornada por unas flores, donde con canciones y bailes, risas y contoneos de cintura, llegamos al delirio y la explosión final encima de las pistas aéreas de Rota. En definitiva, un apasionante monólogo de hora y media en el que el público vibró con la actuación desde el principio hasta el final. Elisa Matilla nos ofrece espléndida todo su arte y esperamos seguir indagando en su registro interpretativo dentro de los teatros.