22/01/2020. Teatro Cervantes. 37 Festival de Teatro de Málaga.
Texto: Carmen Titos | Fotos: Promocionales
La Zaranda, Teatro Inestable de Ninguna Parte, mantiene su sello de queja latente, continúa su trabajo en torno al reflejo de la miseria humana y la catástrofe social. Su estética naif, personajes desgarrados y futuro incierto caracterizan su última producción. Los temas, en torno a la decadencia de una sala de espectáculos y la caída de sus integrantes, la búsqueda condenada del ser humano y ser social en un entorno despedazado, el fracaso de un sueño y la bancarrota moral, impregnan la escena.
El desguace de las musas consiste en una tragedia amarga hecha a jirones y arañazos, para desgarrar, los repetitivos juegos de palabras rayanos en el absurdo y las letanías del desaliento, la acidez oscura, provocaron el humor en algunos de los espectadores. Pero el sentimiento más acusado podría ser el de desconcierto, el aire que se respiraba era de cansancio, el montaje carecía ya de la garra que ha caracterizado a esta compañía histórica y única. No solo los personajes se dirigían al último escalón, sino también una compañía que lleva creando y distinguiéndose desde 1978 y posiblemente prepara también una retirada con esta alegoría del fin.
Los artistas transmiten su realidad, sus preocupaciones humanas y sociales. La compañía potente que esperábamos ver en escena, con un tono triste y un progresivo agotamiento de capacidades, deja entrever una despedida, un ocaso, un desvanecimiento.
Una producción de La Zaranda, Teatro Inestable de Ninguna Parte en coproducción con el Teatro Español y el Teatre Romea.
Dirección: Paco de La Zaranda
Reparto: Gabino Diego, Inma Barrionuevo, Francisco Sánchez, Gaspar Campuzano, Enrique Bustos, Mª Ángeles Pérez-Muñoz
Texto: Eusebio Calonge
Iluminación: Peggy Bruzual
Vestuario: Encarnación Sancho