Teatro Cánovas. 12/04/2013.
Texto: Françoise Chabassier | Fotos: Federico Martínez Alés
Para algunos, Genet era el santo defensor de los oprimidos, y para otros un sabio manipulador de estos mismos oprimidos que él defendía únicamente por odio a los supuestos “opresores”. Esta ambigüedad no hubiera disgustado a Jean Genet que no quería asumir el papel de defensor de los desheredados.
Nacido de padre desconocido y abandonado por su madre, se dedica muy joven a la delincuencia. Lo encarcelan varias veces. Este escritor, poeta y autor dramático francés, con su estilo refinado y rico, exalta la perversión, el mal y el erotismo a través de la celebración de personajes ambiguos. Es un perfeccionista, un eterno insatisfecho, un obseso de la belleza de la palabra. Sacraliza el gesto, el significado del acto, solo acepta la palabra si es bella y potente.
Juzgadas pornográficas, sus primeras novelas son censuradas. Mientras Jean Cocteau y Jean Paul Sartre lo consideran como el genio de su tiempo, François Mauriac lo califica de “excremento”. Mostrando a la sociedad el espectáculo de su propio fango, Genet critica a la burguesía cuyo orden se rige por una violencia regulada, una injusticia que a veces se disfraza de hipocresía o de paternalismo “Sois un poco mis hijas…” dice la señora en Las Criadas. Esta denuncia de las costumbres de la clase dominante será veinte años más tarde el detonador de los acontecimientos del mayo de 1968.Genet, es el testigo visionario del cambio que se está preparando. Es su poema Pompes funèbres, divulgado clandestinamente, el que le va a dar la fama en el mundo literario. En aquella época, Genet escribe casi la mayoría de su obra teatral incluyendo a Las Criadas que Louis Jouvet pone en escena en 1947.
Ya reconocido y en la cima de la gloria, está rodeado de artistas tales como Sartre, Simone de Beauvoir, Alberto Giacometti, Henri Matisse, Brassaï… Sus obras dirigidas por los más grandes, fueron un éxito y siguen siéndolo. También se involucra en la lucha política, toma posición en contra del colonialismo, de la tiranía blanca, de la dominación occidental. Denuncia el mundo cruel de las cárceles y defiende causas tales como la de los Black Panthers, de los homosexuales, de los palestinos...
Las Criadas, obra escrita justo después de “La Liberación” de Francia, es un testimonio de la situación de las criadas empleadas por la burguesía de la época. Sacada de un suceso real de los años treinta, protagonizado por las hermanas Papin, Genet inscribe a sus personajes en un contexto real: las criadas vivían en minúsculas habitaciones en la última planta de edificios de lujo donde los señores gozaban de amplios pisos, la condición de estas mujeres contratadas, a menudo muy jóvenes, dependía por completo de la voluntad y la autoridad de sus señores.
Durante la charla que tuvo lugar después de la representación, dentro del programa de actividades complementarias Escuela de espectadores del Teatro Cánovas, Pablo Messiez, nos confesó que ”era la primera vez que hacía una versión del texto de otro. Fue bastante difícil y mi proceso creativo de mayor aprendizaje”. Es un enamorado de las bellas palabras como Jean Genet. Para él, "Las Criadas, es un texto emblemático, muy difícil y muy seductor a la vez. No lo conocía, lo leí y me pareció fascinante. Me metí de lleno en la obra y en Genet y me enamoré. las palabras son importantes. Hay palabras que pueden matar, humillar, hoy en día, con la crisis, se ha instalado un lenguaje que puede justificar cualquier conducta. Cuando empecé con el montaje acababan de echarme del trabajo, me lo dijeron un poco antes de navidad y la única explicación que me dieron era la crisis”. El tema de Las Criadas sigue siendo muy actual y esta relación de poder también se encuentra en el lenguaje. El resultado de esta pasión compartida por la palabra es la obra de esta noche.
Dos criadas, dos hermanas, Clara (Bárbara Lennie) y Solange (Fernanda Orazi), maquinan contra el amante de la señora. Lo encarcelan pero lo liberan rápidamente. Clara y Solange, temen ser descubiertas y deciden envenenar a la señora…
Pablo Messiez, ha sido bastante fiel a la obra original que es de un solo acto. La interpretan tres personajes. Pero ha hecho algunos cambios de su propia cosecha, en su versión, quería criadas hiperrealistas en chándal y sudando y dejar el exceso y la obscenidad para la señora que está interpretada por un hombre (Tomás Pozzi) para “dar un toque grotesco y divertido”, nos dice el director. Es un homenaje a Genet. Los actores no salen del escenario porque “quería generar un espacio de confianza y comodidad para que el actor se sienta bien, a mí me gusta que el actor este presente, la sombra de la señora genera algo, las cosas se confunden”.
La obra empieza como un juego entre clara y Solange. Las criadas, interpretan simultáneamente el papel de la Señora. Este juego les permite purgarse de las humillaciones acumuladas al servicio de la Señora. Aquí, Genet, se distancia del suceso de las hermanas Papin para dejar entrar su propia imaginación y dar la palabra a los que no la tienen. La obra trata de las relaciones entre las criadas y su señora bajo todos sus aspectos pero también las repercusiones en la relación entre ellas. Las dos hermanas de Genet vacían su agresividad la una contra la otra utilizando el lenguaje como válvula de escape a la violencia física. La relación dominante-dominado está presente a lo largo de la obra. La palabra y la escritura, son la salvación de Genet y de sus personajes que pueden salir de sus pulsaciones delincuentes y criminales. Pablo Messiez , propone una versión más tierna, de amor muy fuerte, casi carnal, entre ellas. Genet quería que su obra fuera representada por adolescentes, este momento tan importante en el que el individuo construye su identidad adulta. Pablo Messiez, lo ha hecho. Sus actrices son jóvenes, llenas de vida.
En su texto “Cómo interpretar a Las Criadas”, Genet define a la obra como un cuento cuya finalidad es la de generar una especie de malestar en la sala”. Pero gracias a Pablo Messiez, eso no ocurrió, salí del teatro un poco decepcionada porque me esperaba algo más fuerte. A lo mejor esperaba ver la obra de Jean Genet con toda su crudeza y dureza.
Cía Lazona
Autor
Jean Genet
Versión Y Dirección
Pablo Messiez
Intérpretes
Bárbara Lennie. Fernanda Orazi y Tomás Pozzi
Iluminación
Alfonso Ramos
Espacio Escénico
Pablo Messiez
Fotografía e Imagen
Javier Naval
Ayudante De Dirección
Alicia Calot