30 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Echegaray. 01/02/2013
Texto y Vídeo: Miguel Ángel Barba | Fotos: Daniel Pérez / TE
Me hubiera encantado ver las tres funciones para comprobar el grado de independencia creativa y de formación de cada dramaturgia en función de la diferencia de público, de ambientes y del acerbo de sensaciones de tres días distintos. Pero... No te lo pierdas nunca; nunca sabrás lo que puedes perderte porque nunca se sabe lo que puede ocurrir.
Solo desde esa comparativa podría realmente afirmar o no el grado de improvisación de cada una de ellas y valorar en justos términos esa experiencia desde la más pura, o no, improvisación teatral contemporánea. Con esta representación, ya se atisba hasta que punto esta propuesta es una verdadera caza y captura de los géneros teatrales puros y no un ensayo a medias. Pero siempre se duda. ¿No será más que un esquema repetitivo en el que encaja con calzador cualquier propuesta recibida del público... y que en cada función se reiteran los mismos gags, como en una tabla o catálogo de situaciones? Ya me parece oír a los miembros de la compañía: ya os dijimos que volvierais mañana...
El Echegaray se convirtió durante algo más de una hora en un laboratorio de entrenamiento para los actores de Impromadrid. Muy duchos en interpretación y técnicas de improvisación, hacen de su Manifiesto Corten una inmersión en una auténtica labor de investigación y exploración teatral, donde todo momento es bueno para ahondar, indagar, no solo en la interpretación sino en el propio sentido del actor, del personaje, de su interrelación, su justificación y asimilación del uno por el otro. Hasta el punto de que la persona llega a poner en tela de juicio algunos de los actos de su propio personaje ¿y viceversa?
Hay un cierto halo masoquista en este tipo de experiencias; el riesgo, ese riesgo real de que no se te ocurra nada, aparezca una laguna y nada surja. Y ese reto reaviva aun más el deseo de salir a escena y enfrentarse con lo que venga hoy, lo que salga y proponga el público. Setenta minutos para crear una historia y ponerla en escena. No hay literatura, no hay texto, solo juego.
Cuando se suben al escenario mana un nuevo experimento grupal, nace un nuevo intento de llegar a recrear una trama hasta llegar a la obra completa y generar todo un espectáculo interactivo. Música, pintura y teatro establecen unas sinergias, paradigma del metateatro, que ayudan a situarnos en cada momento, a esclarecer el instante, donde el personaje se vuelve la persona y la persona se traviste en personaje en cuestión de segundos... a veces no sabes a cual de los dos ves o sigues, de ahí su frescura, naturalidad, descaro a veces.
Ignacio López, Ignacio Soriano y Jorge Rueda, incansables, son perseguidos por todo el escenario por Tatiana de Sarabia que va colocando sucesivamente a los personajes que se van creando los accesorios que ella considera que dibujan y caracterizan mejor a cada uno de ellos, vistiendo y desvistiendo continuamente a base de tocados y simples atrezzos a los actores, abundando en la mascarada y en el comic que en una pantalla digital de fondo bosqueja y perfila Suso33, artista plástico, que va recreando una "escenografía en progreso", trazando también de forma improvisada sobre los acontecimiento que para bien o para mal se van sucediendo sobre el escenario, a veces jugando con las sombras chinescas. El lujo de poder contar con todo un Nacho Mastretta creando e improvisando efímeras atmósferas musicales, escogiendo sobre las tablas que instrumento se adecua más a la situación creada: piano, clarinete, armónica... Hasta los fallos se aprovechan para analizarlos, recrearlos, corregirlos y convertirlos en parte de la comedia. Al fin y al cabo todo en este espectáculo es tan efímero como el mismo. Da igual, trama, nudo o destino final de los personajes, gran parte de ello lo define y decide el público que, como bien indicaba entre los aplausos finales Jorge Rueda, “¡Corten!: Gracias a nuestros productores y autores, vosotros, que habéis pagado la entrada y nos habéis dado las ideas y los personajes...”
No te lo pierdas nunca; nunca sabrás lo que puedes perderte porque nunca se sabe lo que puede ocurrir.
Las patrañas efímeras del Manifiesto Corten
Impromadrid Teatro
Idea original Impromadrid Teatro
Autores (en directo), actores y directores Ignacio López, Ignacio Soriano y Jorge Rueda
Música en directo Nacho Mastretta
Escenografía en progreso Suso33
Premio del Público al mejor espectáculo en la XXIV Edición de la Fira Internacional de Teatro de Tárrega 2004, por el espectáculo Chup Suey. Premio Jóvenes Creadores 2002 otorgado por el Ayuntamiento de Madrid.