14/11/15. La Cochera Cabaret
Texto y fotos: Carmen Titos
Una serie de géneros cinematográficos otorgan un cierto tono y unos personajes reconocibles, se suman dos premisas proporcionadas por el público: frases de cine depositadas en un enorme bol de palomitas, más un elemento: lugar, objeto, poder sobrehumano, etc. Son las condiciones para que Antuán Delgado, Ana Puerta, Chema Moreno y Manu Santervás se desaten a improvisar.
La improvisación forma parte de la creación escénica ya sea en su germen, en su proceso, y en último término para solucionar imprevistos en una función; ninguna obra es hermética a los continuos estímulos implicados. Así, el arte de la improvisación teatral consiste en una ciencia de atino, tiempos y ritmos, creatividad, temperaturas, resolución y mecanismos colaborativos. La compañía granadina La Tetera Producciones fundada a principios de 2007 tiene honda experiencia en la improvisación ante público y pone todos los elementos en juego.
Pero, improvisar consiste en una cuestión de gradación; desde surgir del mínimo lance hasta poseer una serie de estructuras, resortes, ideas y lugares comunes como flotadores de seguridad. En el espectáculo Luces, cámara… ¡IMPRO!, que surgió como encargo para el Festival de Cine de Málaga 2015, se perciben terrenos y asideros que impiden que los actores naden a la deriva. Esto conlleva la percepción de que la improvisación tiene un límite y el cuestionamiento del público de “¿hasta dónde llega lo prefijado?”.
En un primer momento, se observó falta de tensión necesaria, esto probablemente hizo que se desatendieran las premisas otorgadas por el público. Uno de los intérpretes respondió varias de las propuestas interpretativas con un criminal “no lo sé”, falta imperdonable ya que todo lo que ocurre en una improvisación se debe acoger, nunca rechazar. Además, la risa, que debería pertenecer al público pero no a los actores, también se percibió en el escenario.
Pero, una vez superado el arranque, y habiendo entrado en calor, se brindó una segunda parte apoteósica con plena integración de elementos, elocuencia, desvarío y humor para todos los gustos. Ante todo, fue un espectáculo hilarante, los asistentes se desternillaron. El equipo logró mantenernos con la sonrisa floja y llevarnos la carcajada sonora.
Ana Puerta aportó tremendas habilidades corporales y gestuales, como la disociación física del personaje de la madre abnegada y la agente secreta eficaz; Chema Moreno otorgó la ternura a cada uno de sus personajes desde el mayordomo Jeffrey al villano vendedor de gafas de saldo; Manu Santervás suscitó el delirio en situaciones extremas con su gestualidad monstruosa y su arrolladora presencia escénica; por último, Antuán, sostén del hilo conductor, proporcionó una reflexión transversal sobre el hecho teatral y un brillante humor absurdo en sus réplicas.
En definitiva, el combo de habilidades individuales se presentó global en una dirección común, y los efectos de sonido y luces vistieron diferentes ambientes. Destacaron la balanceada ocupación del espacio, la utilización de niveles, la consecución de presentación, nudo y desenlace en los episodios y el equilibrio de tiempos, escenas y personajes. No obstante, no me hubiera importado que se hubiese perdido el equilibrio en pro de un mayor riesgo. En cualquier caso, reímos con muchas ganas, a pulmón abierto y salimos de allí con deslumbrantes sonrisas.
La nube negra que no conseguía abarcar la Tierra, el súperheroina asiática que limpiaba todo a su paso, el negro mamporrero de caballos de la plantación de algodón, etc., nos hicieron olvidar lo mezquino de este mundo durante una hora y media para pasarlo bien y reír. La Tetera nos dio una dosis de vida.
Una producción de La Tetera Impro!
Dirección artística: Antuán Delgado
Intérpretes: Antuán Delgado, Ana Puerta, Chema Moreno y Manu Santervás
Iluminación y sonido: Tomé Fernández-Medina
Diseño gráfico y vídeo: Chema Moreno