26/06/2015. Teatro Cervantes.
Texto: Susana S. Alman | Fotos: Daniel Pérez / TC
Asistí al estreno de Miguel de Molina al desnudo en el mes de octubre, si no me falla la memoria con lo que he decidido no repetirme sobre la interpretación que del artista malagueño hace Ángel Ruiz, un monstruo dirían por Málaga. Yo sólo me pregunto si podrá escapar del personaje alguna vez o irá por su casa bailando y haciendo aspavientos con las manos…
En el estreno yo no sabía gran cosa de Miguel de Molina, lo que sabemos todos, así que me zambullí en el personaje, en conocerlo, dejando escapar esfumaturas. Por eso, tal vez, el viernes el personaje me ha parecido más político y reivindicativo.
Tal vez me lo ha parecido o la situación actual ha hecho remarcar éste aspecto en el personaje. Puede ser incluso que con el público que asistió el viernes fuera necesario acentuar el momento político que vivimos.
¿¿¿Sería posible declarar “persona non grata” por parte de un teatro a quien no apaga el teléfono móvil o come patatas fritas durante la actuación???
No me había sucedido nunca, encontrar un público tan insensible y/o inculto, que ríe a carcajadas mientras escucha las miserias de la guerra civil y las represalias contra los que perdieron.
Me sentí incomoda y avergonzada demasiadas veces durante la función, frustrada e indignada. Incluso Ángel Ruiz “ironizó”, sobre las múltiples llamadas telefónicas de la noche, "con contestar personalmente".
Me preguntaba por qué estas personas, sin cultura de espectador teatral, estaban allí, lo descubrí pronto, cuando Jorge Javier Vázquez apareció en la pantalla y comenzaron a gritar cual histéricas fans quinceañerass.
Por fortuna, estas situaciones se dan pocas veces, muy pocas veces.
| Sin eventos |
