Teatro Cánovas. 29/01/2012.
Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: promocionales de la compañía
Por un cuñado de dólares juega con el espectador, ocultando bajo una fina cubierta velada de humor y comedia disparatada una tragedia, una auténtica odisea que no es mas que la que están viviendo en estos momentos mas de cinco millones de personas en nuestro país. Humor ingenioso y elegante al servicio del público.
Con una escenografía (del propio Ignacio Andreu) gustosa y atractiva y una luminotecnia (de Lolo Conde) con juegos muy interesantes, el desvencijado gimnasio se convierte en el punto neurológico y despegue de las ideas que se les ocurren a Abelardo y Lee para salir de la penosa y acuciante situación que viven. No tienen un duro y necesitan dinero urgentemente.
La desesperación de ambos es siempre reflejada desde el escenario al patio de butacas como en las antiguas y grandes tragicomedias: se muestran aspectos o acciones ridículas, absurdas, a veces desencajantes que el publico recibe a todo pulmón, con risas, carcajadas... pero automáticamente reflexiona, y una pequeña sombra se cierne sobre los cerebros que hace a mas de uno pensar de qué se ríe, con lo duro que es la realidad que se muestra, que llega en forma de humor precisamente por lo desesperada de la acción o la reacción. Produciéndose como una especie de retroalimentación o feedback de intercambio de sensaciones entre los actores y el respetable.
A base de inteligentes, a veces brillantes y en alguna ocasión exquisitos diálogos, en los que entran y salen constantemente, recordando en ocasiones a los Marx y otros cómicos o humoristas avezados en el difícil arte de liarla a las primeras de cambio a base de circunloquios, malentendidos, equívocos y tergiversaciones diversas, van tejiendo la trama que es también en esta ocasión el drama. Pero que no usan para compungir al publico sino para divertirlo, en una suerte de distopía donde la realidad transcurre en términos opuestos a las sensaciones que recibimos por lo que vemos discurrir sobre el escenario.
Los actores, , aportan a la obra toda la mecánica, lo físico y la química necesaria para llevar la dramaturgia con excelentes resultados, siendo quienes realmente sustentan el espectáculo, gracias a su vis cómica y sus buenas maneras sobre el escenario. Son ya muchos años juntos. Se nota mucho en algunas transiciones de escenas, que no quedan limpias, pero que solventan con sus sobradas tablas. La participación del Cuarteto Maravilla en el vídeo es otra de las buenas elecciones que han hecho que todo sume en este montaje.
La música de Santiago Vargas mezclando el rap y el flamenco, con las letras de la coplas agudas y bien elegidas, ayudan aun mas si cabe a provocar las risas.
Una buena celebración para esta década de La Serda Teatro, tirándose de cabeza a la piscina de un intrincado y delicado tema como es el de la crisis económica, el paro y la deprimente situación de tantas personas como esta “pareja de dos”, que logran resolver con elegancia en el tratamiento del humor en esta divertida comedia que llenó el Teatro Cánovas de carcajadas que fueron merecidamente agradecidas al final en forma de ovación.
Dirección: José María Peña.
Intérpretes: Ignacio Andreu y Andrés Blanco.
Personajes en el video: Cuarteto Maravilla.
Música: Santiago Vargas.
Vestuario: La Serda.
Escenografía: Ignacio Andreu.
Iluminación y sonido: Lolo Conde.
Video: Reinventarte.