Ene 24 2012

Sherlock Holmes y el caso de la risa secuestrada en Echegaray

Teatro echegaray, Málaga. 22/01/2012

Arteatro presenta esta obra basada en el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle enfocada al público de menor edad.

Texto y Fotos: José M. Cortés

La compañía Arteatro mezcla en el Teatro Echegaray técnicas de animación infantil, de teatro e incluso de videoclip para acercar a los más pequeños al famoso personaje de Conan Doyle

Sherlock Holmes, acompañado de su inseparable Watson. La producción que está siendo llevada por toda España, usa diversas técnicas en las que se hace partícipe de la historia al público asistente, con uso de megafonía para las partes musicales y voces en off.

La acción se sitúa en el Londres de 1885 donde actúa el último de los payasos, Freddy es secuetrado por la malvada Lady Risamía con la ayuda de su secuaz Chitón.

En relación a sus adaptaciones predecesoras tiene reminiscencias del Sherlock llevado al cine en 1970 por William Wilder "La vida privada de Sherlock Holmes". Existen parecidos razonables entre el personaje interpretado por Robert Stephens en la película y por Guillermo Dorda en esta obra. Quizá sea el parecido físico, quizá sea la interpretación de este andrógino investigador o quizá sea el lenguaje corporal pero el parecido está ahí.

En líneas generales el visionado se hace ligero, amable y divertido, haciendo que el público se involucre en la resolución del caso. Tiene como puntos fuertes el trabajo de Sherlock Holmes: El caso de la risa secuestrada dramatización de los actores, destacando los papeles antagónicos de Shelock (G. Dorda) y de Lady Risamía (Raquel Cubillo). Esta última recordaba a esas escasas pero inolvidables villanas de cuento como Cruella de Vil, la madrastra de Cenicienta, o la bruja de Hansel y Gretel. Además de Risamía, la actriz interpreta a una viejecita y a una niña. Por otra parte los papeles de Freddy y de Chitón interpretados por Eduardo Viera y el de John H. Watson por Narciso Tenorio.

Hay que considerar como puntos débiles: el trabajo con los playbacks, que podrían sustituirse por microfonos en directo, principalmente para evitar los errores de sincronismo que se producen. Además el papel de niña informadora, se hace casi molesto a causa de un forzado acento madrileño castizo que desentona bastante con el resto de la obra. Por último, el personaje de Watson tiene un enfoque más propio de Sancho Panza que del acompañante de mister Holmes.

En definitiva, una representación con la que acercar a los más pequeños al teatro y a un personaje clásico en clave de humor.

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