16/06/16. Teatro Cánovas.
Texto: Rosa Parra Fotos: Laura Fernández Pereiro
Una producción de Alfresquito, dirigida por Miguel Muñoz Zurita, con dos intérpretes en un escenario semi vació donde la luz (Sergio Rodríguez), la voz de Virginia Nölting y el sonido musical aportado por Jesús Durán, son los tres protagonistas. Sonido jazzístico News Orleans a tope, espiritual, desgarrado, que rememora el largo recorrido del Mississipi para ir a morir al mar, como los protagonistas recorren su vida de vuelta en un Long way home.
Durante lo que se supone que es la vuelta a casa de dos artistas, baqueteados de trabajar en lugares de poca monta y de hacer de todo lo que les permite su arte para sobrevivir, se van intercalando canciones con la portentosa voz de Virginia, que sabe sacar octavas de donde no las hay. Ella juega con su voz, recorriendo todas las escalas musicales, introduciendo cortes segmentados entre estrofas más amplias. Utiliza los graves de una forma tan profunda e intercalada con sonidos agudos, que logra sorprender y te mantiene siempre alerta, porque no hay una melodía previsible, como tampoco hay un guion coherente o conexo que hile unas cosas con otras. El público tiene carta blanca para completar la historia, con los elementos dispersos que les ofrece el personaje de Virginia, y las fugaces intervenciones, casi sin texto, más bien onomatopéyicas, que realiza Jesús.
En analogía a la vida de estos dos artistas, el despojo de la escena (Pepe Canela) es tan grande que solo tienen cabida un perchero con ropa de la cantante, un banco, un pequeño paraguas-sombrilla, tres pares de zapatos y uno de botas. Y los instrumentos: un ukelele, un banjo, un piano y una especie de bocina-megáfono, que usa Virginia con una elegancia inusual para dicho instrumento, y que manipula como si fuera una hermosa trompeta dorada.
En apenas unos metros cuadrados, se desarrolla el movimiento escénico, apenas esbozado con la luminotecnia de Sergio Rodríguez, que va creando espacios íntimos, donde los personajes evolucionan al ritmo del texto o de la música. La interacción entre los dos actores, su gran presencia escénica, la voz de ella y la maestría a los instrumentos de él, la magia del sonido del ukelele y la fuerza interpretativa de la dicción de Virginia, hacen que Long Way Home, ese largo camino de vuelta a casa, sea un espectáculo subyugante.
Intérpretes: Virginia Nölting, Jesús Durán
Dirección Musical: Jesús Durán
Textos, Dramaturgia y Direccion: Miguel Muñoz Zurita
Diseño de Iluminación: Sergio Rodríguez
Escenografía y Fotografía: Pepe Canela
Vestuario: Producciones Alfresquito
Ilustración: Ángel Idígoras